Muchas gracias, muy buenos días tengan todas y todos.
Quiero, antes que nada, saludar con mucho afecto a quienes me acompañan hoy aquí, en esta inauguración, a mi colega incansable Consejero en la promoción de los derechos político electorales de nuestros compatriotas fuera de las fronteras, Enrique, gracias.
Y por supuesto a Luis Miguel Rionda, la contraparte de Enrique en el ámbito del Instituto Electoral de Guanajuato, otro incansable desde el ámbito local, promotor de estos derechos políticos, y además aliado fundamental para la realización de este Seminario, un Seminario que, como ya se decía, tiene el propósito de hacer un corte de caja de lo que hemos logrado hasta estos momentos, identificando las fortalezas, las debilidades, las áreas de oportunidad de modelo, para poder trazar la ruta de lo que sigue.
Y trazarla desde ya, porque no queremos, como ha ocurrido en el pasado, que luego de cada uno de los ejercicios en lo que poco a poco se ha abierto la cuña para la participación política de los mexicanos que viven fuera del país, deje de ser tema, se diluya el tema hasta que estamos de cara en las siguientes elecciones, y volvemos a visibilizar ese que debería ser un problema cotidiano, un tema, insisto, no exento de problemas, cotidiano, en la Agenda Nacional.
Saludo, de veras, con muchísimo gusto a todas y todos los que están aquí, me disculpo por las omisiones en las que inevitablemente voy a incurrir, pero esto es la inauguración y corro el riesgo de reventar, desde aquí sabotear el Seminario si empiezo a hacer una lista exhaustiva de todos los aliados, de las y los aliados en este tema, pero no puedo dejar de mencionar, ya lo hacía Enrique, quiero hacerlo de manera explícita, a dos de los cónsules, de nuestros cónsules en Estados Unidos, que no son los únicos, pero son dos emblemáticos diplomáticos que han hecho de la defensa de los derechos políticos, y no solo, en general de los derechos de nuestros migrantes, una causa cotidiana. Me refiero, por supuesto, a nuestro cónsul en Dalas, a Paco de la Torre, y a nuestro cónsul en Los Ángeles, el cónsul general de Los Ángeles, el señor embajador Carlos García de Alba.
Por cierto, son de los consulados que por primera vez, en la zona de atención, y aquí un reconocimiento, en la zona de atención a los mexicanos que acuden a esas sedes consulares, pues pueden no solamente observar la visibilización que se le ha dado a este tema a partir de la identificación clara, y que ahí se tramitan también credenciales para votar, con lo cual, por cierto, han puesto la vara alta a otros consulados que todavía tienen pendiente ese tema, sino además, como decía, han sido literalmente aliados a esta causa, además de buenos y generosos amigos.
Quiero también agradecer, pues a don Jaime Lucero, que se ha convertido en un, no solamente en un ejemplo y un líder, digamos de la migración en nuestro país, sino también junto con muchos otros ha sido, digamos, un aliado de estos trabajosos logros que poco a poco hemos venido haciendo a nuestro querido David Maciel, profesor en mérito de la Universidad de los Ángeles, a Peter, a todos ustedes, de veras muchísimas gracias y por supuesto a las Consejeras y Consejeros Electorales que nos recuerdan todos los días que ésta no es solamente una causa del Instituto Nacional Electoral, sino una causa en su conjunto del Sistema Nacional de Elecciones.
En el mundo globalizado en que vivimos, las fronteras ya no limitan ni el intercambio comercial y económico, ni los flujos migratorios entre países vecinos, como todos los días, ejemplos a lo largo y ancho del mundo, incluso en nuestro país hoy nos lo recuerda.
Las fronteras nacionales se han vuelto porosas ante la desigualdad que se vive en el mundo y especialmente ante la masificación de la informática, la evolución de las tecnologías de la información y la comunicación que nos enteran de todo prácticamente de manera instantánea; en estos tiempos la información y los flujos migratorios se han vuelto tan universales como la vocación humanista que han asumido las relaciones internacionales para contribuirla al ejercicio de los derechos fundamentales a escala planetaria, sin importar raza, condición económica, nacionalidad o género, aunque hoy, como la democracia misma también es a vocación, también es el principio que ha inspirado al menos desde la segunda postguerra, toda la lógica del internacionalismo de los derechos están en riesgo.
Podríamos decir que no hay un solo país en el mundo que esté exento de que los flujos migratorios influyan en sus decisiones públicas, ya sea por ser territorio de la migración, por ser un territorio en tránsito, un territorio destino de la migración o bien un territorio en tránsito, o bien, por ser un país expulsor de migrantes, muchas comunidades de nuestro país hoy vive en condiciones particulares precisamente porque son polos de expulsión, la migración afecta a quien recibe a los migrantes, a quien sirve, digamos, de territorio de paso y a quien expulsa migrantes.
Los grados de la afectación son distintos, el punto es cómo asumimos las políticas públicas desde una perspectiva respetuosa de los derechos, garantista de los derechos en cada uno de estas posiciones en las que el mundo moderno nos coloca.
Desde el punto de vista de una institución de garantía, como el Instituto Nacional Electoral cualquier política que se tome en materia migratoria o en relación con el ejercicio de los derechos fundamentales de las y los migrantes mexicanos y no, debe tomar en cuenta al menos dos cosas; la primera, que quienes emigran no abandonan sus derechos, ni menos aún olvidan sus orígenes, los derechos son como ocurre en el mundo moderno, como lo refleja la conquista civilizatoria de la humanidad, son irrenunciables y son imperdibles.
La segunda, que la migración es una respuesta del as personas a las deficiencias estructurales de los países que son incapaces de garantizar empleos dignos, seguridad y expectativas para todos sus connacionales, desde este ángulo es que las Consejeras y los Consejeros del INE en alianza con nuestros homólogos de los órganos electorales locales asumimos el desafío de enfrentar, de maximizar los derechos de ejercicio de políticos desde el extranjero, de derechos políticos desde el extranjero, e hicimos de la credencialización fuera del país y el voto trasnacional de cara al Proceso Electoral de 2018 un nuevo punto de llegada a la luz de las experiencias acumuladas.
Nuestro propósito fue, teniendo como única limitante la certeza del sufragio, la necesidad de generar confianza de los actores políticos en el Proceso Electoral y desde este punto de vista sí quiero señalar algo, quiero agradecer, omití en la presentación a las representaciones de los partidos políticos su acompañamiento, muchas veces reticente, pero esto lo entiendo porque su rol es precisamente generarle a la autoridad electoral estas reticencias bajo la premisa de que el voto no puede ser la maximización de los derechos, no puede entrar en colisión con la certeza en torno al Proceso Electoral mismo.
Ganar derechos minando la certeza política, quiero decir, del Proceso Electoral sería un flaco favor a la construcción de la democracia mexicana.
Afortunadamente, casi en todos los casos hemos convencido a nuestros colegas de la Comisión Nacional de Vigilancia, para seguir avanzando en este sentido, maximizando derechos sin perder certeza en el Proceso Electoral.
Las facilidades que brindamos se reflejan, al menos, algunos los anticipaban, Enrique, en tres datos: al 22 de octubre de 2018, a través de la red consular de nuestro país, se han tramitado ya 821 mil 58 credenciales para votar fuera de nuestras fronteras; de esas credenciales tramitadas, se han entregado 678 mil 411, es decir, el 82.6 por ciento, con lo cual cada una de estas personas cuenta ya con un medio de identificación oficial y gratuito que contribuye a la inserción de nuestros connacionales en el mercado laboral, así como en las actividades financieras y comerciales del país en el que radican, con un punto adicional que me importa subrayar, hoy estar inscritos en la base del Registro Federal de Electores, desde el país o fuera del país, significa formar parte de la base de datos personales y biométricos más grande que tiene este país, más actualizada y más segura.
Nunca, nunca ha habido una filtración de los datos de las y los mexicanos inscritos en el Padrón, por responsabilidad de la autoridad electoral, y hemos venido tomando medidas para que quienes por ley tienen acceso al Padrón, es decir, los partidos políticos, no puedan, digámoslo así, sustraer de ninguna manera esa información, poniendo en riesgo la protección de los datos personales de las y los mexicanos.
Como un dato adicional, estar en esa base significa maximizar el derecho a la identidad de todas y todos los mexicanos dentro de México y fuera del país.
Gracias a esa base de datos, hoy tenemos y a partir de los mecanismos de validación, de autenticación como lo hemos denominado, con los registros biométricos de las y los ciudadanos, hoy en México estamos brindando, desde el INE, un servicio público de una enorme valía.
Estamos permitiendo la identificación de cadáveres desaparecidos, más de cinco cadáveres se han identificado gracias al uso de esa base de datos, insisto, sin vulnerar los datos que ahí se contienen.
Gracias a esa base, hoy el Registro Federal de Electores constituye la principal herramienta para combatir el robo de identidad.
Gracias a esa base de datos, a partir de enero, todas las operaciones bancarias tendrán un mecanismo de resguardo de seguridad para evitar la suplantación de identidad.
Hoy la base de datos del Padrón Electoral constituye una riqueza fundamental, que además goza gracias a la participación de los partidos políticos, de un blindaje político que no podría tener esa base de datos fuera del Instituto Nacional Electoral.
Y finalmente, de las 181 mil personas que se inscribieron en la Lista Nominal de Residentes en el Extranjero, votaron 98 mil 470, el 54 por ciento de los inscritos, votación que significa en términos comparativos, dos puntos veces más de los sufragios que se recibieron en 2012.
Cabe recordar que durante el Proceso Electoral de 2018, reconocimos como autoridad electoral que la modalidad de voto postal que se utilizó, a pesar de ser mucho más sencilla, mucho menos gravosa para las y los ciudadanos mexicanos que votaban desde el extranjero, que respecto del pasado, sabíamos que no eran ni la más sencilla ni tampoco la más económica, pero también sabíamos que en las condiciones actuales era la más confiable ante los plazos que la ley, que la ley, que el legislador pues, no el Instituto Nacional Electoral y, las condiciones y las modalidades se le impusieron para ese tipo de votación al Instituto Nacional Electoral.
Sabemos que es mucho más confiable, o en todo caso, mucho más maximizadora, sin perder confiabilidad, recurrir a la votación electrónica, y es por eso que decidimos que la Comisión de Voto de Mexicanos en el Extranjero se modificara, mantuviera su permanencia y se dedicara ahora a analizar cuáles son las condiciones de votación que nos van a permitir ampliar el alcance y la posibilidad de que los mexicanos fuera del país, en el futuro, puedan participar en las decisiones políticas del mismo.
La estandarización que supuso la Reforma de 2014, es para decirlo en una nuez, un mandato constitucional transversal a todas nuestras decisiones.
De ahí que aun antes de que concluyera el proceso electoral, ya nos habíamos pronunciado en distintos foros y espacios, por evaluar el modelo de votación postal, este Seminario tiene entre otras cosas ese propósito, y a partir de ello impulsar una reflexión que nos permita avanzar hacia un nuevo modelo de votación desde el extranjero. Y lo digo sin medias tintas, tenemos que avanzar hacia un modelo de votación electrónica, esa es la ruta en la que hoy ya estamos inscritos.
Ése es el propósito de este Seminario, hacer un balance de los resultados del voto transnacional en 2018, escuchar las reflexiones de los distintos institutos electorales locales que participaron en esa experiencia, así como de los especialistas, académicos y en conjunto identificar las alternativas de votación desde el extranjero, pesando en las futuras federales y locales.
Vuelvo a insistir, creo que la ruta está marcada, la ruta es la del voto electrónico. En estos días sobre todo después de las votaciones en Brasil que es un país, ayer se tuvo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales; que es un país que desde hace más de dos décadas ha instrumentado mecanismos confiables de votación electrónica, han levantado, digamos, señalamientos en el sentido de que en México, la votación, los resultados tardan mucho, de que los resultados legales que no oficiales, porque los resultados oficiales desde el mismo conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares que instrumentamos los órganos electorales, desde la misma noche de la elección brinda resultados oficiales y bien no definitivos, que la votación tarda mucho en darse como si esto fuera una debilidad o una, digámoslo así, insuficiencia de las autoridades electorales.
Olvidándose de que las autoridades electorales en este tema no hacemos otra cosa sino aplicar la ley, es la ley la que nos impiden hoy tener mecanismos más ágiles para contar con resultados oficiales y definitivos con antelación respecto de lo que hoy ocurre.
Y, por cierto, desde aquí un ofrecimiento a todo aquel que quiera repensar el punto.
En el INE, no solamente sabemos cómo hacerlo, cómo anticipar esos resultados, hay experiencias como la de la Ciudad de México que han resultado exitosas y que no han minado los resultados. Y desde aquí reitero la disposición de la autoridad electoral, para que, si es una preocupación, cuánto se tardan los cómputos finales, legales de los votos podamos ayudarles a resolver el dilema. En el INE, como suele ocurrir en materia electoral, sabemos cómo y podemos compartir esta experiencia.
Estoy convencido que las elecciones de 2018, aunque hayan incrementado significativamente el número de votos que se recibieron desde otros países, deben ser la última experiencia de voto postal, en las modalidades que hoy tenemos de la democracia mexicana. El INE y los Organismos Públicos Locales Electorales como autoridades integrantes de un circuito comprometido con la estandarización de las elecciones, haremos todo lo que esté de nuestra parte para consolidar el desarrollo de la democracia a nivel nacional y sub-nacional, con adecuaciones normativas en lo que nos toca pero, repito, lo que le toca al legislador en eso no nos metemos, pero podemos ayudarles para definir hacia dónde ir, ofreciendo argumentos técnicos ante una eventual Reforma de las reglas del juego democrático en el país.
Y sin perder de vista la importancia de que, para credibilidad y autenticidad de las elecciones, tiene la autonomía y la independencia de las autoridades electorales que defenderemos siempre como hasta ahora.
En tal sentido, concluyo agradeciendo a nombre del Instituto Nacional Electoral, la entusiasta participación en este Seminario de funcionarios del servicio exterior mexicano, de autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales de nuestro país, de representantes de distintas organizaciones y clubes que fuera del territorio nacional defienden los intereses de nuestros connacionales; y promueven que ejerzan sus derechos, así como académicos, de académicos, de universidades de reconocido prestigio en México y en Estados Unidos.
Déjenme poner un punto adicional como una provocación para cerrar, porque, aunque no por la mención de todos ustedes, pero sí ya por el tiempo estoy convirtiéndome en el principal, digámoslo así, dilatador de los trabajos de este Seminario.
El ejercicio de los derechos políticos por supuesto que hace del ejercicio del voto, digámoslo así, a su principal objetivo, tenemos que ver cómo maximizamos el ejercicio del derecho al voto. Pero no hay que olvidarnos que los derechos políticos van mucho más allá del derecho al voto.
Y hoy gracias a la credencialización desde el extranjero, las autoridades electorales contamos con una manera de identificar y de mantener el contacto con nuestros connacionales fuera del país, y eso nos permite, y eso es parte del desafío que debemos de asumir, que no solamente pensemos en ellos, en la lógica de cómo hacemos para facilitarles el ejercicio del derecho al voto, sino también como nos empoderamos como ciudadanos.
Desde hace un par de años esta autoridad electoral ha lanzado un ambicioso programa de redefinir en clave de política pública la cultura cívica para que la práctica y el ejercicio de los valores y principios democráticos sea parte de la cotidianidad en un país, como la mejor manera de generar anticuerpos frente a las pulsiones autoritarias que aquejan a la democracia en el mundo.
Creo que un objetivo de la estrategia nacional de cultura cívica debe ser también cómo permeamos nuestras fronteras y logramos hacer de las y los mexicanos que viven fuera de nuestro país, ciudadanos democráticamente comprometidos, lo que significa ciudadanos empoderados. Lo dejo como un apunte adicional.
Estoy seguro que las reflexiones de cada uno de ustedes serán de gran utilidad para hacer un balance integral de la experiencia del voto desde el extranjero que tuvimos en la elección más grande de nuestra historia de cara a la que ya, desde hoy podemos anticipar, serán las elecciones más grandes de nuestra historia, es decir, las elecciones por venir.
Muchísimas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la inauguración del Seminario Evaluación del voto de las y los mexicanos residentes en el extranjero, celebrado en el auditorio de la institución
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