Muchísimas gracias, muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.
Es un gusto estar en este evento y agradecer al NDI la organización del mismo, y que nos hayan convocado a un tema, sin duda, de gran trascendencia y de gran preocupación y estar acompañado en esta mesa con colegas que han estudiado el tema, y que me han sugerido, los organizadores, les planté tres preguntas, la mecánica ustedes ya la conocen, cada una tendrá de cuatro a cinco minutos para contestarlas, haremos tres bloques por lo tanto y al final de abriremos 30 minutos para preguntas, respuestas y demás.
De manera tal que estamos programados para hora y media.
Como ya se indicó el tema de la mesa son retos para frenar la desinformación en futuros procesos electorales, y si me permiten, muy brevemente de mi parte y también para provocar un poco la deliberación, el intercambio de ideas entre nosotros, si me permiten hacer algunas reflexiones generales.
Si bien y voy a lamentar mucho lo que voy a decir a continuación, creo que el tema de desinformación, de mentiras está muy asociada a la política desde su origen mismo, con ánimo de competir, los diversos contendientes han utilizado a lo largo de la historia de la humanidad este recursos, como un recurso para descalificar al otro y granjearse las opiniones favorables de los demás, de manera que no es extraño que en el mundo de la política y de la competencia política, el intento de desinformar, de mal informar o desacreditar el otro, tal vez no con los mejores recursos, si están directamente asociados y no solamente a la vida política democrática como la conocemos, sino desde los orígenes mismos en los diferentes sistemas políticos, aun con mayor razón en los sistemas autoritarios que incluso, para acceder al poder o para mantener al poder, el descredito, el uso del recurso de la desinformación es lamentablemente un recurso recurrente a lo largo de la historia de las sociedades.
Sin embargo, obviamente con la modalidad hoy en día del Internet, de las redes sociales, de los recursos electrónicos, este recurso puede tener un impacto mucho más rápido y llegar a sectores sociales mucho más ágilmente que lo que podía suceder antes, ya fuera de voz en voz o cuando aparece la imprenta a través de los diarios, o después, los medios masivos de comunicación como los conocimos en sus formas tradicionales que hoy parecen ya viejas formas, cuando hasta hace muy poco tiempo era la frontera, justamente de la comunicación y de la búsqueda de información entre los ciudadanos y las ciudadanas.
Hoy en día, las nuevas modalidades de comunicación han roto todos esos mecanismos y que buscábamos los ciudadanos para enterarnos y teníamos que descifrar, incluso, en los noticieros de radio y televisión y leer detrás de las líneas o incluso detrás de las líneas ágatas en los periódicos qué es lo que se decía y en muchas ocasiones, qué es lo que se quería decir.
Hoy en día, insisto, con todos los recursos de los medios de Internet, pues el uso y el abuso de los mismos para generar corrientes de opinión es, sin duda, un tema a observarse, y no diría solamente en la vida política y en la competencia política, sino en general para las sociedades contemporáneas.
Si yo recuerdo, cuando empezamos a planear el Proceso Electoral de México, que acaba de concluir, por cierto, obviamente veíamos con mucha preocupación muchos temas, entre otros, el volumen, el tamaño de la elección por el número de puestos a estar en disputa tanto en las elecciones federales como en las locales, el número de precandidatos, candidatos que iban a estar involucrados, la coordinación con los Organismos Públicos Locales Electorales en la entidades, por cierto, me da mucho gusto ver aquí a la Presidenta del OPLE de Sinaloa y al Presidente del OPLE Tamaulipas, qué bueno que nos acompañan, ellos saben de qué estoy hablando.
Y, en fin, toda la complejidad logística que implicaba el reto de esta elección.
Sin embargo, surgieron dos temas nuevos que nos preocuparon muchísimo, sobre el cual fuimos muy cautelosos, de los cuales confieso ahora sí, que hablamos muy poco, procuramos no hablar mucho sobre eso, pero sí ocuparnos mucho al respecto, que era el tema, los temas de ciberataques y el tema de desinformación.
Habíamos visto lo que había pasado en otros países en elecciones recientes, los casos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, pero en otros países también habíamos visto el fenómeno.
Incluso acudimos con expertos que habían estado organizando esas elecciones y que habían estudiado el fenómeno de esas elecciones, y obviamente nos pusimos a trabajar muy intensamente porque veíamos que ese era un verdadero riesgo, no solamente frente a la opinión pública y entre los contendientes, sino para el mismo organizador de la elección, y podría poner en duda la propia organización de la elección.
Sé que hoy en la mañana el Consejero Presidente hizo alguna referencia, a algunas de las cuestiones que emprendimos, yo diría que hay dos iniciativas que fueron claves en esta historia, bueno, tres, de hecho, voy a empezar por esta tercera, que tiene que ver con aspectos muy técnicos de blindaje, que necesitaba el Instituto frente a riesgos de ciberseguridad, y se tuvo que no solamente reforzar todos los mecanismos que tradicionalmente ha usado el Instituto para evitar que alguien quisiera infiltrarse en nuestros sistemas y de esa manera, vulnerarlos, sino también teníamos que reforzarlos y acudir a las mejor prácticas internacionales para blindar al Instituto.
Pero digamos que esta es la parte de fierros, la parte muy técnica de software, en fin, y demás.
Un segundo aspecto, obviamente era lo que tenía que ver con el tema de desinformación y cómo manejarlo, y básicamente se trabajó en dos vertientes, una asociados o más bien apoyando iniciativas de terceros ajenos a la institución, que ésta fue una cosa absolutamente clave, Verificado 2018, creo que es una gran experiencia que hay que estudiar mucho y hay que exportarla, y hay que cuidarla y hay que replicarla, porque a nosotros nos ayudó mucho, yo creo que sobre todo a la ciudadanía le ayudó mucho para tener algún referente para poder contrastarse y lo que estaba circulándose en redes tenía algún sustento o no.
Pero además, no solamente estaba lo de Verificado 2018, sino las alianzas que hicimos con terceros como Google, Twitter, Facebook y otros más, que también no solamente nos trajeron experiencias internacionales por el mal uso de sus plataformas, que lo hacen, también hay que decirlo con mucha claridad, porque tienen in interés propio de cuidar su marca, a nosotros obviamente se interés nos ayuda porque al cuidarse ellos también habría posibilidades de abrir programas similares de verificación de noticias, y ensayaron, en el caso mexicano, lo digo con mucho cuidado, ensayar en el buen sentido del término, nuevas iniciativas para justamente buscar evitar la desinformación a través de estas plataformas.
Y un tercer elemento es una iniciativa propia que llamamos nosotros Certeza 2018, que implicó un ejercicio realmente muy interesante de monitoreo a redes de una manera muy amplia a través, obviamente, de otras plataformas, para poder identificar en dónde podrían estar apareciendo señales de desinformación, sobre todo éstas que atentaran contra la propia organización de la elección.
Muy común, imagínense ustedes el mismo día de la Jornada que empezara a circular en redes sociales que no se podía ir a votar porque había problemas de inseguridad en tal o cual lugar, en fin, y sembrarnos un ambiente de desconfianza, pues lo que iba a motivar era que la gente no saliera a votar, que la participación ciudadana cayera, además de muchas otras consecuencias que podría traer consigo; o la misma noche de la elección que empezaran a circular resultados diversos no avalados por la propia autoridad electoral, hubiera generado un ambiente no solamente enrarecido, sino de franca inestabilidad política en el país, y teníamos que cuidarlo.
Eso fue un programa nuestro, muy interesante porque no solamente era monitorear tradicionalmente las redes, sino teníamos expertos en operación electoral que podían, en una primera vista, identificar qué era certero, qué era verdad o tenía avisos de verdad de aquello que no lo tenía.
Y luego un sistema operativo en campo, para que, si la hipótesis segunda se presentaba, ir inmediatamente a campo a ver qué estaba sucediendo en el lugar, y generar información oportuna y veraz para contrarrestar las falsas, en fin.
Podría detallarles la experiencia, pero quería solamente poner sobre la mesa algunas de las cuestiones que como Instituto Nacional Electoral impulsamos, y hacer ver que esto se convirtió para nosotros, además insisto, de la complejidad misma de la organización de la elección, en todo un verdadero reto porque veíamos y lo veíamos a través de las experiencias de otros países y de lo que podía suceder en México, veíamos que ahí teníamos áreas de oportunidad y riesgos muy grandes que teníamos que trabajar con ellos.
Afortunadamente, ustedes conocen el desenlace de la elección en México, creo que el tema, desde mi perspectiva, y vamos a decir qué nos dicen los expertos y las expertas en esta mesa.
No jugó el tema de desinformación como pudo haber jugado en otros países en el caso de la elección mexicana, pero de todos modos hay mucho que aprender, porque el tema apenas está abriéndose, y lo que podemos esperar con una pequeña visión hacia futuro es que si no lo cuidamos, si no lo advertimos, si no trabajamos en que la sociedad, los diferentes sectores sociales, puedan tener herramientas para hacer un buen uso de lo que circula en las redes, estamos en riesgo, no solamente para lo que es la vida política, no solamente para la organización de una elección, sino para muchos otros ámbitos de la vida social.
Y obviamente aquí hay una frontera muy delicada que tiene que ver con lo, cuando surgieron todas estas posibilidades, veíamos, y me incluyo lo digo en primera persona, estoy hablando hace 20 años; cuando la Internet empezó a usarse la posibilidad de la democratización de la información, y hay que cuidar esa posibilidad sigue estando abierto y no la cerremos, no la pretendamos censurar por los riesgos que lo otro implica, en fin. Aquí hay una temática compleja, que seguramente quienes me acompañan hoy en la mesa podrán hablar con muchos más elementos que lo que yo lo puedo hacer.
Me piden, insisto, los organizadores del NDI que les formule tres preguntas: la primera es preguntarles que, en la experiencia de cada uno de ustedes, desde el ámbito, desde el cual ustedes acuden a esta mesa, ¿qué propuestas deberían considerarse para avanzar?, perdón, ¿qué elección nos deja el pasado proceso electoral en México?
Y, ¿qué hacer a partir de esta experiencia en materia de desinformación?
Procederé de la siguiente manera, nos acompaña Lulú Barrera quien es, así te defines, Letrologa de Formación, Antropóloga por historia de vida y activista por decisión, ¿estoy bien?
Y fundadora del Colectivo Feminista Luchadoras MX.
Lulú, si eres tan amable.
Versión estenográfica de la intervención del Secretario Ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo Molina, en la mesa 3 conversatorio: “Retos para frenar la desinformación en futuros Procesos Electorales”, en el marco del foro desinformación digital en México. Lecciones y perspectivas poselectorales
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