Muy buenos días tengan todas y todos ustedes. Es un verdadero honor estar aquí en el Senado de la República.
Senadora Graciela Ortiz, Vicepresidenta y Presidente en funciones de la Mesa Directiva del Senado, Senadora Martha Palafox, Senador Juan Gerardo Flores, Senador Miguel Enrique Lucía Espejo, un gusto y un honor estar aquí esta mañana con ustedes.
Señor Doctor Roberto Figueroa, señor Secretario General de Servicios Administrativos, contraparte del Secretario Ejecutivo en la institución, en la logística para que este evento tenga lugar. Muchísimas gracias por su cortesía, su generosidad.
Estimadas y estimados colegas consejeros integrantes del Consejo General, señor Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, señoras y señores presidentes de los consejos locales de nuestro instituto, amigas y amigos de la prensa.
La semana pasada acudimos a la Cámara de Diputados a entregar los documentos necesarios para que los aspectos administrativos indispensables para la renovación de esa parte del Poder Legislativo de nuestro país, transcurra con tranquilidad y en orden.
El día de hoy, como se ha señalado, conforme a lo que establece el artículo 321 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, corresponde que los presidentes de nuestros consejos locales entreguen a la Secretaría General de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Senadores, copias certificadas de las constancias que recibieron las senadoras y senadores electos por los principios de mayoría y de primera minoría, así como copia de los informes sobre las eventuales impugnaciones presentadas a esos comicios.
Debo reiterar que tanto los resultados de las elecciones para las diputaciones federales, como para el Senado de la República, están por supuesto, de acuerdo a lo previsto en nuestro marco normativo electoral, están sujetos a las resoluciones que, en su caso, emita el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
De igual forma, es necesario subrayar que para que ambas cámaras del poder legislativo reflejen fielmente la voluntad popular emitida en las urnas, es necesario esperar a que se lleve a cabo la asignación de curules por el Principio de Representación Proporcional que realizará el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, una vez que los medios de impugnación que hayan sido presentados, en este caso para la elección de senadores, hayan sido resueltos por las salas del Tribunal Electoral y podamos contar con los cómputos finales de dichas elecciones para poder hacer la asignación correspondiente. Esto, lo anticipo, tenemos previsto realizarlo en sesión del Consejo General el próximo 23 de agosto.
La representación proporcional y quiero aprovechar el espacio para subrayar el punto, constituye desde mi punto de vista la mejor fórmula para que los poderes que representan al pueblo y a los estados de la federación se integren con la pluralidad que caracteriza y enriquece a nuestra sociedad en clave democrática.
Es justo a través de la integración de las curules de mayoría relativa y de representación proporcional, en el caso del Senado, también las de primera minoría como un mecanismo para maximizar la representación del pluralismo en la Cámara Alta del Congreso de la Unión, que nuestro país se garantiza que las mayorías y las minorías participen en la construcción de acuerdos políticos y en la definición de las leyes y las normas que determinan la interacción entre gobernantes y gobernados.
Es cierto, que el principio rector de las decisiones en democracia es el principio de mayoría, pero el principio de mayoría como nos lo enseña una larga tradición de pensamiento democrático supone también no sólo la existencia, la garantía de la existencia, sino la inclusión y la escucha de las minorías.
La esencia y el valor de la democracia, decía Hans Kelsen, significa la tendencia hacia el compromiso y el compromiso, el acuerdo político pues, en clave democrática, implica que las decisiones no estén totalmente conforme con los intereses de una parte, ni sean totalmente contrarios a los intereses de la otra.
En eso reside la riqueza de una democracia y la expresión, en consecuencia, de la convivencia pacífica y recreación, por ello, del pluralismo en una sociedad, insisto, en una democracia constitucional.
Es justo a través de la integración de curules como decía mayoría relativa y de representación proporcional que se garantiza la construcción conjunta de acuerdos políticos y consecuentemente la cercanía de las decisiones a la totalidad de la población de los electores que expresaron su voluntad en las urnas.
Es indudable que los modelos democráticos de mayoría contribuyen a la competitividad, pero estoy convencido que la inclusión y la participación de las minorías en un sistema democrático se asegura a través de la representación proporcional.
Es por ello que el sistema mixto de representación que se constitucionalizó, en el caso de la Cámara de Diputados, en 1977 y en el caso del Senado a través de sucesivas reformas en los años 90, concretamente la Reforma de 1993 y 94 y particularmente la Reforma de 1996 que se ha fortalecido con las reformas electorales decía y con las disposiciones que garantizan un sistema paritario de competencia a que la elección del 1º de julio se haya constituido no sólo como la más grande de nuestra historia, sino también la más incluyente.
Las disposiciones que el INE tomó y que fueron validadas por el Tribunal Electoral no sólo contribuyeron a la paridad en la competencia como lo establece la Constitución desde 2014, sino también a fortalecer la representación política de las mujeres en el Poder Legislativo y de las personas que se auto adscriben como indígenas.
De ahí que la LXIV legislatura, que iniciará sus trabajos el próximo 1° de septiembre, tendrá el mayor número de mujeres legisladoras de nuestra historia, 47 por ciento de las diputaciones electas por el Principio de Mayoría Relativa fueron ganadas por mujeres y el 47.9 de las curules del Senado también serán ocupadas por mujeres electas por el Principio de Mayoría y de Primera Minoría.
Es algo histórico, nunca había habido tantas mujeres en el Senado como en la legislatura por venir. Ello, sin considerar todavía el impacto que tendrá la representación proporcional en la paridad de género y que se estima elevará un poco ese porcentaje, el cual, como mencionaba, podremos conocer de manera definitiva a finales del mes de agosto.
Además, la votación emitida en las urnas el 1° de julio pasado permite afirmar que fue una de las elecciones con mayor participación ciudadana de las que hemos organizado en el nuevo siglo, que ha sido una de las más vigiladas y la más explicada de todas las contiendas organizadas en nuestro país y, especialmente, esto lo quiero subrayar, constituye el proceso electoral más incluyente que hayamos vivido en México.
Por ello, desde el INE sostenemos que la Jornada del 1° de julio fue una elección histórica. Su magnitud, la complejidad logística que implicó llevarla a cabo y los efectos que tendrá en la representación política del Estado mexicano son factores que, a todos, votantes y contendientes, organizaciones de la sociedad y autoridades nos deben dejar satisfechos.
Y de todo ello, de la legalidad de los comicios, del sentido de la voluntad ciudadana, de la paridad en la competencia democrática y de la inclusión en nuestro sistema de representación, dará cuenta la documentación que entregaremos el día de hoy a través de nuestras presidentas y presidentes de los consejos locales, como se ha señalado, a la Secretaría General de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Senadores. Y en particular agradezco y me disculpo por la omisión, al Licenciado Arturo Garita, que es el titular de dicha Secretaría.
Permítanme concluir reiterando lo que dije la semana pasada en la Cámara de Diputados, esta entrega de constancias e informes ratifica la convicción de la sociedad mexicana de renovar los poderes públicos en paz y a través del voto. Por ello, aquellos actos y el que celebraremos el día de hoy son relevantes para el Instituto Nacional Electoral y para la vida democrática, ya que contribuyen a que los poderes de la República se integren debidamente.
Para el INE, este acto simboliza que la democracia mexicana se ha recreado, que una vez más ha cumplido su función civilizatoria. El voto ha decidido el rumbo futuro de nuestro país y a partidos, candidatos electos y autoridades nos corresponde acatar las resoluciones de los tribunales.
La elección más grande de nuestra historia, decía, no sólo fue un desafío técnico para el INE, fue la mayor prueba que una autoridad electoral en México ha experimentado para probar su capacidad de colaboración interinstitucional y su templanza ante la intensidad de la competencia democrática.
Durante las campañas, insistimos que partidos y contendientes debían pensar en el 2 de julio, en el día después, que respetaran las reglas del juego democrático para que su lealtad a los principios rectores de la democracia, se convirtiera en la mejor plataforma para la construcción de los acuerdos indispensables para solucionar los grandes problemas nacionales.
Otro aspecto relevante durante el proceso electoral fue la postura que el Instituto Nacional Electoral asumió ante los intentos de que entráramos a debatir nuestras decisiones con distintas candidaturas. Entonces dijimos que el INE no discutía, no debatía con los competidores.
El INE es el árbitro de la contienda y aplica la ley y las normas que son producto del pacto político emanado en los órganos del Congreso de la Unión, sin especulaciones, sin filias, sin fobias, sin sesgos políticos.
En el mismo sentido, las decisiones que hemos tomado después de la elección nos llevan a subrayar esta convicción. El INE no debate la aplicación de la ley públicamente en los medios, los debate en la mesa del Consejo y eso se procesa ante los tribunales.
Ya explicamos nuestras decisiones durante los días pasados, los documentos son públicos y como siempre todas nuestras decisiones, venturosamente, como debe ocurrir en un sistema democrático, son recurribles ante el Tribunal Electoral. Será el Tribunal el que dirá la última palabra.
Estoy convencido que en un sistema democrático es afortunado que la toma de decisiones se haga en público y que todas ellas sean impugnables para garantizar que la democracia se recree dentro del Estado de derecho.
Reitero que desde el 9 de julio, el día después de que los presidentes de los consejos locales realizaron los cómputos a nivel estatal que hoy entregamos, cuyos resultados hoy entregamos al Senado de la República, el Instituto Nacional Electoral y el proceso electoral en su conjunto entró en la etapa jurisdiccional y es en los tribunales en donde se resolverán las decisiones pendientes.
Y desde un punto de vista democrático todos, perdedores, ganadores, que en democracia no son perdedores absolutos ni ganadores absolutos, ni de una vez y para siempre y por supuesto autoridades, estamos obligados a esperar que la elección fluya en esta última etapa a través de los cauces legales correspondientes.
De ello depende, sin lugar a dudas, la recreación de nuestra democracia en paz y con esperanza para enfrentar los desafíos futuros que tiene nuestra nación.
Muchísimas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, durante la recepción de Constancias de mayoría y de primera minoría de senadores electos a la LXIV Y LXV Legislaturas en el Senado de la República
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