“Me siento orgulloso de mi trabajo, porque es mentira que el voto no cuenta, el de ellos contó y contó mucho”, expresó Alejandro Calleros Soto Supervisor Electoral, al referirse a los sufragios que emitieron los habitantes del municipio de El Mezquital, pues para llegar a ellos, los trabajadores del Instituto Nacional Electoral (INE) de Durango tuvieron que caminar hasta 14 horas a pie y trasladarse por caminos agrestes y peligrosos para instalar las casillas.
Alejandro junto con Job Josué Flores Morales, el Capacitador Asistente Electoral que se hizo famoso por los vídeos que se “viralizaron” en redes sociales al cruzar el río y un puente colgante, comentaron a los medios de comunicación de la entidad las dificultades que enfrentaron para instalar casillas en localidades lejanas de este municipio cuya población es 90 por ciento indígena.
La misión de Job Josué era instalar la casilla en la sección 819, en la localidad Río Sihuacora, en donde le tocaría a votar a 450 ciudadanos y para llegar a ella tenían que cruzar el río o un puente colgante al cual le faltaban trozos de madera y soportes para pasar con seguridad.
La primera dificultad con la que se toparon es que la mayor parte de la población no sabe leer ni escribir, fue difícil la integración de la Mesa Directiva de Casilla, además de que hablan en tepehuano, dijo que el video en donde se ve a personas cruzar el río, eran los funcionarios de casilla quienes trasladaron la papelería y las boletas que se utilizaron el 1 de julio, otro equipo más trasladó las mamparas y el tercer equipo trasladó ropa y la comida que se utilizaría durante ese día.
“Votaron alrededor de 70 personas, pues a muchos se les dificulta llegar a esa casilla, tienen que caminar hasta cuatro horas para llegar a ella”, mencionó Job Josué.
Una vez concluida la votación, ese día por la noche, la Secretaria de la mesa directiva de casilla, así como dos de los representantes de los partidos políticos, iniciaron su trayecto hasta la Junta Distrital 01 con cabecera en la capital del estado, esa noche, los tomó por sorpresa una granizada, por lo que tuvieron que refugiarse en una casa y pernoctar ahí.
A pie siguieron su recorrido por 14 horas, con la convicción de entregar la documentación a tiempo, ese paquete llegó hasta el día 3 de julio, dos días después de terminada la Jornada Electoral, pero lista para los cómputos distritales.
“Esta ha sido una de las elecciones más difíciles, porque desde que salí de Durango, los caminos estaban mojados y se atascaban los vehículos y llegó un momento en el que tuve que dejar mi camioneta porque se me terminaba el tiempo para entregar el paquete, tuve que caminar la mitad del trayecto y después renté un burrito para llegar hasta el río, de regreso pasamos por el puente porque pensamos que era más fácil y resultó más complicado”, comentó Job Josué.
Por su parte, Alejandro Calleros Supervisor Electoral, indicó que él coordinó la instalación de 27 casillas de las cuales, 24 de ellas estaban en comunidades alejadas y aunque no se documentó, otros capacitadores electorales pasaron por las mismas dificultades que narró Job Josué.
Aseveró que el apoyo económico no es suficiente, pues en ocasiones hay que pagar a personas para que los acompañen y los guíen, poner sus propios vehículos que no son aptos para andar en la zona, ocasionando deterioros que son costosos para su arreglo, pero aun así, no se les quita el entusiasmo por garantizar el derecho al voto a todos los mexicanos en donde quiera que se encuentren.
“Todos somos un equipo en el INE, hay complicaciones de todo, ambientales, el tipo de gente con la que tratamos, pero el trabajo que se hizo hay que reconocerlo, porque nosotros no nos tomamos las “selfies” para subirlas al “Face”, ahora se dio el caso de Job, que se documentó pero hay más capacitadores que tienen sus dificultades, realmente el trabajo es pesado, el solo hecho de irnos de aquí e ir a una zona desconocida no sabemos cómo va a responder la gente”, explicó el Supervisor electoral.
Finalmente comentó que el trabajo se hace con mucho cariño, el regresar con la gente el explicarles cuáles son sus derechos y la forma en la que pueden manifestarlo dentro de un ejercicio democrático “eso me llena de orgullo y satisfacción” concluyó.
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