Con esta sesión concluye la etapa de cómputos distritales, estatales y de circunscripción de las elecciones realizadas el 1º de julio que corren a cargo del Instituto Nacional Electoral, la fiesta cívica que vivimos ese día será considerada una jornada histórica, al menos desde mi punto de vista, por las siguientes cuatro razones:
Primera, porque nunca en nuestro país se habían involucrado tantos ciudadanos por la causa de la democracia, más de 56 millones y medio salieron de sus casas para votar, el 63.42 de los que tenían derecho a ejercer el sufragio, y más de tres millones de personas participaron directamente en la organización y vigilancia de la elección, entre funcionarios de casilla, servidores públicos de este Instituto, representantes de partidos políticos y observadores electorales. Se trata de la movilización democrática más grande de nuestra historia.
Segundo. Porque pese a la intensidad de las campañas y la disputa de tres mil 406 cargos públicos en las urnas en un mismo día, las y los mexicanos vivimos un extraordinario clima de civilidad política, la responsabilidad democrática de los contendientes, hay que reconocerlo, es encomiable; la aceptación de la derrota de los tres candidatos a la Presidencia que no fueron favorecidos por los votos, a pocos minutos de que se hubieran dado a conocer los primeros resultados, y la actitud del candidato que obtuvo el mayor número de sufragios, de esperar los resultados de los conteos rápidos emitidos por el Instituto Nacional Electoral, fueron factores que contribuyeron decididamente a la estabilidad política, social y económica del país, así como a la conformación de un clima de concordia el día siguiente de la votación.
Tercero. Porque el andamiaje institucional del Sistema Nacional de Elecciones que condensa los esfuerzos de 40 años de reformas electorales, ha garantizado condiciones de equidad e imparcialidad para la competencia democrática por los poderes públicos a nivel federal, estatal y municipal.
La solidez de este entramado institucional ha permitido que se haya cumplido y se siga cumpliendo con todos los plazos de la ley que los electores pudieran decidir con su voto qué tipos de gobiernos, congresos y autoridades municipales quieren, y si desean alternancia o prefieren mantener al mismo partido en el poder.
Cuarto. El ejercicio del voto libre el 1º de julio modificó profundamente el mapa político del país, confirmando así la plenitud de nuestra democracia, fue en las urnas como espacio de expresión de la voluntad de las y los ciudadanos, donde se decidió a cuál de las alternativas de nuestro espectro político se le entrega la responsabilidad del rumbo del país en los próximos años.
Desde mi perspectiva, la votación del 1º de julio da una importante vuelta de tuerca en el ciclo de vida de la transición democrática en México.
La elección recién pasada demuestra que en nuestro país existen y existían ya las salvaguardas institucionales para que los votos pudieran emitirse en libertad y ser contados bien, es decir, que la voluntad de los electores y nada más que ella es la que decide quiénes nos representan y nos gobiernan. México no desembarcó a la democracia el domingo pasado, las reglas, los procedimientos y las instituciones que permitían que el voto valieran ya estaban ahí, por eso y no por otra razón el 1º de julio prevaleció la voluntad de los electores en la reconfiguración del mapa político del país.
La construcción de la democracia en México nos ha llevado décadas de cambios, perfeccionamiento, ajustes y revisiones del sistema electoral. Hoy, el nuestro cumple a cabalidad las condiciones necesarias para ser democrático, la mejor prueba de ello, insisto, la tuvimos el domingo pasado.
En ese sentido, permítanme poner algunos datos relevantes de lo que se configuró como el ejercicio del voto libre en la pasada Jornada Electoral; en primer lugar, se comprobó que la posibilidad de la alternancia como condición democrática existe en el país, dicha posibilidad es una opción real en manos de las y los ciudadanos.
De las cuatro elecciones presidenciales organizadas por esta autoridad electoral desde que es autónoma, desde 1996, es decir, las elecciones del 2000, 2006, 2012 y 2018, en tres de ellas los votantes optaron por la alternancia.
En el ámbito del Senado de la República destaca en la elección que está, que concluyó, pues, que se culminó el 1° de julio pasado, destaca que el 70 por ciento de las curules de mayoría en el Senado experimentaron alguna alternancia en esta elección.
La alternancia en las entidades es también un fenómeno que se ha venido consolidando como una opción en manos de los votantes, de nueve gubernaturas en disputa en esta Jornada Electoral, incluida la de la Ciudad de México, en siete de ellas se experimentó la alternancia, y si se consideran las 33 gubernaturas que han estado en juego de 2015 a 2018, y las 21 alternancias experimentadas, el 63.6 por ciento, es posible afirmar que éste es el periodo con más cambios de partido ganador en la historia de nuestro país en la disputa por los Poderes Ejecutivos, Federal y Locales; y ello es posible, vuelvo a insistir, por una simple y sencilla razón, porque en México las y los ciudadanos pueden votar en libertad y su voto cuenta.
En materia de género, la Sexagésima Cuarta Legislatura será la legislatura más paritaria e incluyente de nuestra historia, el 48.8 por ciento de las curules de la Cámara de Diputados, se estima, que serán para mujeres. Y en el Senado, el porcentaje de Senadoras ascenderá a 49.2 por ciento. Nunca en la historia del país tantas mujeres habían competido por tantos cargos, y nunca tantas habían sido electas para incidir en los acuerdos legislativos del país.
Finalmente, es importante destacar que en estos cómputos distritales, los que se llevaron en los días pasados, se recontó el mayor número de paquetes electorales de nuestra historia, el 75 por ciento en promedio de las tres elecciones, y que una vez más, la coincidencia de los resultados del PREP y del Conteo Rápido con los cómputos distritales refleja la imparcialidad con la que la ciudadanía cuenta los votos en las casillas, y el perfeccionamiento, por otra parte, de nuestros sistemas informáticos y estadísticos de información preliminar de los resultados.
Permítanme concluir reiterando que con esta sesión no concluye el Proceso Electoral, sigue la fase jurisdiccional del mismo, a cargo del Tribunal Electoral. En cuanto al INE, tenemos aún pendientes por realizar dos cosas: por un lado, este Consejo General tiene que conocer los dictámenes de la fiscalización de las campañas, lo que ocurrirá el próximo 6 de agosto y, posteriormente, se enviarán al Tribunal para que sean considerados en la etapa jurisdiccional referida.
Por otro lado, a más tardar el 23 de agosto, se asignarán las Senadurías y Diputaciones de representación proporcional una vez que hayan concluido las impugnaciones a los resultados.
Estoy convencido que las elecciones de 2018 demostraron ser un ancla de estabilidad política, y la mejor plataforma para la gobernabilidad democrática del país.
La civilidad que hemos observado permitirá que paso a paso se vaya dejando atrás la etapa de la confrontación electoral para abrir los espacios, en los ámbitos público y privado para la construcción de los acuerdos que la solución de nuestros grandes problemas nacionales requiere.
Queda en nuestras manos, tanto en la de los ciudadanos como en las de las fuerzas políticas que ello ocurra de manera democrática e incluyente, es decir, en un contexto en el que el poder se ejerza en aras del beneficio común y que ello ocurra con los límites y controles que ineludiblemente supone toda democracia constitucional.
Felicidades a todos, felicidades a México.
Señoras y señores consejeros y representantes, se agotaron los asuntos del orden del día, por lo que les agradezco a ustedes su presencia, buenas noches.
Se levanta la sesión.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en el punto 3 de la Sesión Extraordinaria del 08 de julio de 2018, relativo al informe sobre la realización y los Resultados de los Cómputos de entidad federativa y de Circunscripción Plurinominal correspondientes a la Elección de Senadurías por el Principio de Mayoría Relativa y Senadurías por el Principio de Representación Proporcional; así como el Cómputo de cada Circunscripción Plurinominal de la Votación de Diputaciones por el Principio de Representación Proporcional
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