Empiezo felicitando que el INE y la Ibero se hayan coordinado para organizar esta jornada de diálogo y de reflexión sobre una de las herramientas de comunicación o un conjunto de herramientas de la comunicación características de nuestro tiempo que están teniendo influencia, no sólo en los procesos electorales, sino en la política toda.
En la manera de comunicar y de generar la conversación pública en las sociedades contemporáneas, que sin duda pues tiene efecto en la propia calidad de la deliberación y la propia calidad de las democracias de nuestro tiempo.
Voy a presentar alguna información para cerrar con algunas reflexiones. Lo primero, pues es constatar lo que todos intuimos, pero que distintos ejercicios de medición confirman una y otra vez que es el muy veloz crecimiento del uso de las redes, de la red de redes, de Internet a partir de la cual pues se genera la conectividad para las demás herramientas de comunicación.
Tenemos prácticamente dos terceras partes de la población ya conectada, tenemos gente que lo viene haciendo ya desde hace años. Un consumo de tiempo en Internet muy alto, desplazando el ocio que dedicábamos incluso a otros medios más tradicionales como es la televisión y generando no sólo nuevas pautas de conductas, sino hasta nuevos padecimientos.
El otro día me comentaba una médica, una doctora que se dedica a la fisioterapia, de la cantidad de jóvenes que van con problemas de cuello ahora por estar con el teléfono varias horas al día. Así que, pues una constatación más de cómo pues somos usuarios de herramientas que hace algunos años pues no estaban entre nosotros y que de alguna manera han llegado para quedarse.
También han implicado el desplazamiento de medios tradicionales con una larga cultura para la información, desplazando a la prensa escrita por ejemplo, a los periódicos y lo que estamos viendo es una simplificación, un incremento en la velocidad de la comunicación, de la información, pero también es una información cada vez más breve, incluso más superficial, lo que caracterizó al periodismo clásicamente que es la investigación, los reportajes, pues no es lo que fluye a través de las redes, y tampoco, claro, las investigaciones y las noticias documentadas.
Podemos ver en México cómo, en los últimos años no ha cesado el crecimiento, podemos decir que del 2012 a 2017, que es el último dato que tenemos aquí, el crecimiento fue de un 75 por ciento, si tomamos como base los 45 millones de usuarios que había en 2012 a los casi 80 que hay en 2017, pues tenemos un incremento del 75 por ciento de usuarios en menos de un sexenio.
Podemos ver también que prácticamente cruza a todas las cortes de edad, el uso de Internet que está en todo el país con algunas diferencias, ahí sí. También que no necesariamente es del todo excluyente en términos socio económicos. Yo diría, me acuerdo de un ensayo de hace un par de décadas de José Joaquín Blanco, analizando la importancia de la televisión en los hogares pobres y cómo la televisión se había vuelto un bien de consumo de la canasta básica.
Es decir, el tener una televisión era lo que hacía que incluso los hogares de menor ingreso estuvieran conectados a la sociedad, fueran parte de la sociedad y cómo el acceder a la televisión pues era una condición de integración a la sociedad, de una manera muy básica, pero no tener televisión implicaba una exclusión adicional de los pobres.
Hoy creo que el tener un teléfono inteligente es prácticamente una condición de inclusión a la sociedad, de ser parte de esta conversación tan desordenada que se da en las redes sociales, pero estar excluido de ellas es una exclusión mayor, a la información, a la buena, a la mala, pero entonces pues a mí me parece un dato no menor el que incluso pues los niveles socio económicos de menor ingreso puedan estar accediendo a las redes, a Internet.
Como podemos ver, además, el grueso del acceso se da a través de los teléfonos inteligentes, por eso digo que son ya parte de un bien de consumo básico para todo ciudadano, para toda persona. Hace unos días o unas semanas que conversábamos con la gente de Facebook nos decían, pues hay 80 millones de usuarios de Facebook activos en el país, eso quiere decir que al menos en el último mes subieron algo, no sólo que estén viendo, sino que estén posteando cosas. 80 millones es, pues eso, 80 millones son más que la población de todo Centroamérica si le damos a este, de varios países juntos, y el noventa y tantos por ciento de esos usuarios es a través del teléfono. De ahí la importancia.
Podemos ver aquí la preferencia en redes sociales, el muy alto uso de Facebook, sobre todo, ahí está el WhatsApp, en fin. Un 50 por ciento en el caso de Twitter, va creciendo Instagram y otras que no sé ni qué quieren decir, la verdad no estoy familiarizado con todas, para ser honesto.
Y bueno, es una herramienta a la que no puede renunciar ninguna institución, ningún partido político, nadie que quiera formar parte de la conversación pública o transmitir mensajes a la ciudadanía, a su público consumidor, puede darle la espalda a las redes sociales. Nosotros en el INE pues pueden ver que tenemos 713 mil seguidores en Twitter, 515 mil en Facebook, y 51 mil en YouTube.
En los debates es la primera vez que se transmiten por redes sociales y pueden ver ustedes el éxito que ha tenido, 4.8 millones de reproducciones en Facebook, 885 mil visualizaciones en YouTube del primer debate.
Fuimos Trending Topic número uno esa noche a nivel mundial. Creció después la audiencia del segundo debate, creo yo que el éxito del primer debate llamó la atracción al segundo, vamos a ver el tercero cómo va, siendo el último puede generar expectativa.
Y hemos estado trabajando nosotros con Facebook y Twitter, sobre todo el convenio con Facebook abrió un flanco de ataque, yo creo que prácticamente no hay decisión de la autoridad que no sea cuestionada desde algún ángulo, es pan nuestro de todos los días, pero pues la idea era simplemente usar estas herramientas para transmitir nuestra comunicación, en ningún momento se pretendió algún convenio para frenar, para callar, para limitar las expresiones que se dan todos los días en las redes sociales, sino para hacer llegar información nuestra, verificada, cierta.
Por ejemplo, pues vamos a, están los debates, pero también la posibilidad de identificar tu casilla. Nosotros antes gastábamos pues una cantidad importante de recursos públicos metiendo los famosos encartes, el día de la elección en el periódico pues casi había otra edición del periódico con puras direcciones de casillas, no, era muy caro y pues no todo el mundo compra el periódico, quizá es más fácil difundir hoy esa; y además, como nos recortaron 800 millones de pesos fue una de las cosas de las que tuvimos que prescindir y ahora usaremos las redes sociales e internet para que la gente sepa dónde está su casilla y Google va a poner pues el localizador de la casilla para que con tu teléfono la vayas siguiendo y des con ella, que además pues estará donde casi siempre se suelen colocar.
Otro tema, y bueno, y Central Electoral que es una de las criaturas de Rubén aquí en el INE, pues va ya en su primer aniversario consolidándose como un espacio al que se accede para conocer información de la institución, de la autoridad electoral, y no sólo desde México, sino ya pueden ver ustedes desde Estados Unidos, España, Argentina.
Un asunto que cada vez es más relevante es el gasto en redes sociales, es totalmente legítimo gastar en redes sociales. Yo digo que antes los, ¡ah! una característica de, y no se necesita pues ser experto en materia fiscalizadora, con tener un poco de memoria podemos ver que si algo ha cambiado en las campañas es que ha bajado la intensidad de la publicidad electoral en las calles.
Es decir, ya no hay en cada poste un pendón, en hora buena, digo yo, que sí había cierta contaminación visual de las ciudades, carreteras y demás, y hoy pues podemos ver que sí hay espectaculares pero tampoco es que se trate de una contaminación del espacio público con propaganda, en parte creo por la misma fiscalización, quizá los actores políticos eso lo tendrán que decir ellos que son quienes definen sus estrategias, han pensado que puede no ser tan redituable estar sobrecargando visualmente el espacio público para conectar empáticamente con el electorado, pero esa es sólo una hipótesis mía, y la otra es que, pues la gente ya no va en el transporte público viendo las bardas para enterarse de que hay un candidato, va viendo el teléfono y ahí es donde está ahora la publicidad.
Nosotros hemos establecido convenios con distintos, bueno, con Facebook, con Twitter, con YouTube para ver cuánto dinero se está metiendo ahí. Hemos puesto algunas sanciones por omisión de gasto, porque es legítimo gastar en redes sociales, es totalmente legítimo que potencies la llegada de tus mensajes a un público mayor, pero eso tiene que ser claramente reportado ante la autoridad.
Pueden ustedes ver el gasto en redes sociales que se lleva reportado hasta el momento, 110 millones. Eso lo que ellos dicen, no, luego hay que verificar que sea así, en el caso de la Presidencia, tenemos a los senadores, las diputaciones federales y aparte están todas las campañas locales que también estamos fiscalizando.
Nosotros tenemos un sistema electoral híper regulado que también se vuelve por eso altamente litigioso y luego poco comprensible, poco inteligible, no. Hay disputas por un spot y entonces se pronuncia la Comisión de Quejas del INE si lo bajan o no, y luego eso va a la Sala Superior si se impugna, y finalmente, sobre el fondo se pronuncia la Sala Regional Especializada, o sea, imagínense los miles de spots que hay y puedes tener tres pronunciamientos distintos de la autoridad, pues es, creo yo, una híper regulación.
Y entonces esto da lugar a quejas, pero también ahora sobre las redes sociales.
Y lo que podemos ver es que en el Proceso Electoral Federal 2011-2012, el presidencial, hubo 55 quejas y ahora llevamos 59. No les va a dar si suman si suman las últimas cuatro, porque hay denuncias que involucran varias redes. O sea, está en Facebook y también se mandó el mensaje en Twitter, pero así quejas en singular van, aunque engloben a varias redes 59.
Yo decía, creció el número de usuarios en 75 por ciento de una elección presidencial a otra, además vamos a una elección donde tenemos ahorita, por la concurrencia, 17 mil candidatos en disputa, y tenemos 59 quejas. O sea, realmente no estamos teniendo una elección tan litigiosa alrededor de lo que pasa en las redes sociales como pueden ustedes ver.
A mí como árbitro me resulta una buena noticia que no haya tantísimo litigio como en otras veces en el proceso electoral en curso.
El Tribunal Electoral ha dicho que las redes pues son un espacio para un ejercicio democrático, abierto, plural, que hay que, ahora uno que no es abogado y tiene que leer sentencias y familiares que es acceder a las redes lleva implícito un elemento volitivo, yo no había oído esa palabra hasta que llegué aquí, que, bueno, hay la voluntad de entrar, y entonces no se puede considerar como algo que se está imponiendo a la gente, se pone libremente y el usuario de las redes pues el que selecciona qué está viendo, y que goza de la presunción de un actuar espontaneo, y eso tiene que ver con algo que comentaba Arturo hace un rato que es, ‘pues hasta dónde debemos regular esto? y con eso termino.
Yo creo que en materia de rede sociales, y en general de lo que está pasando con la comunicación, yo me identifico con aquel ensayo ya de hace algunos años de Umberto Eco, de “Apocalípticos e Integrados”, no.
Y él decía que es un poco excesivo encasillar las conductas humanas en dos categorías muy generales y muy forzadas, y entonces pues está el apocalíptico, el que dice pues que las redes sociales están acabando con, creo fue tu experiencia por lo que decías en el Tribunal Electoral.
Y la otra la sacralización. La verdad es que yo sí creo que hay que escapar de eso, no. Es decir, una herramienta se puede usar bien o se puede usar mal. Esta taza es para que yo me tome un té pero la puedo usar para agredir a alguien, la culpa no es de la taza sino del usuario.
Lo mismo pasa con las redes sociales. Yo me he encontrado cuentas de Twitter que realmente son muy gratificantes, tienen pasajes, citas literarias, en fin, fotografías. Te enteras de cosas que de otra manera, y también pues de repente es como destapar una cañería, no, muy desagradable.
¿De quién es la culpa? ¿De las redes? No. De quienes las están alimentando. Y pues ahí nos encontramos con algo que no tiene solución que es el género humano, no.
Entonces el problema no son las redes es la gente, y son nuestras conductas públicas, de tal manera que pues yo no condenaría las redes, tampoco sin más diría que nos van a permitir un salto cuántico en la calidad de nuestra convivencia y de nuestra democracia.
Eso no lo hacen las herramientas, lo hace en todo caso la educación. Y la educación democrática, que es un asunto pues mucho más denso, espeso y complicado de construir.
Pero sí me declaro totalmente contrario a la regulación de las redes sociales desde el Estado y desde las autoridades electorales.
A mí me parece que en mala hora estaríamos si nosotros, además de instalar casillas, de fiscalizar el dinero, de mandar las pautas de los spots, de asegurar que la credencial, que el Padrón sea limpio, que todos los ciudadanos tengan acceso a una identificación, además nos ponemos a ver qué está twitteando fulano o zutano y lo queremos sancionar, y lo queremos coartar.
Me parece que debemos de ir hacia un modelo democracia no híper regulado, no barroco, yo cambiaría el barroco por un estilo minimalista de trazos sencillos y de máxima libertad.
Muchas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Electoral Ciro Murayama, en la mesa 2 “Espacios Digitales y Elecciones”, en el marco del Foro: Campañas Electorales y Medios de Comunicación, realizado en el lobby del auditorio del Instituto Nacional Electoral
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