A partir del primer minuto del día de mañana, el Proceso Electoral Federal más grande de nuestra historia democrática entra a su fase decisiva. Serán 90 días para que cada candidata y candidato, cada coalición y partido político pueda difundir sus diagnósticos sobre los problemas que aquejan a nuestra nación y para que presenten y confronten, de cara a la ciudadanía, las propuestas con las que pretenden solucionarlos.
El inicio de las campañas electorales implica, por una parte, que el Proceso Electoral avanza conforme lo marca la ley y las normas, que las plataformas se han registrado, que las y los candidatos han cumplido con los requisitos, que las candidaturas están distribuidas de manera paritaria entre hombres y mujeres y que se ha cumplido con las obligaciones en materia de transparencia y fiscalización del dinero invertido en las precampañas y en el proceso de recolección de apoyos ciudadanos.
Por otra parte, que inicien las campañas supone que el pluralismo político se convierte en el centro de la discusión pública y que sea el contraste de ideas, de personalidades, de políticas públicas y de prioridades legislativas para reorientar el futuro de nuestra nación lo que atraiga la atención política de la sociedad. Así ocurre y es natural en toda democracia.
Se trata de que las campañas electorales se nutran de ideas, de propuestas y de debates, de contrastes entre liderazgos políticos y comparaciones de proyectos. Por ello, las campañas electorales deben ser tan intensas como sean necesarias, pero tan tolerantes como sea posible.
Ciertamente, la lucha democrática es una lucha por el poder político, pero no olvidemos que es y debe ser una lucha entre rivales que deben ser leales con los principios democráticos, que deben respetar las reglas del juego y que están obligados a aceptar el veredicto de las urnas.
La lucha democrática confronta, pero no aniquila. Es una lucha en la que los triunfadores necesitan, al final, las mayorías, sin duda, pero el futuro democrático requiere de la tolerancia, la inclusión y del involucramiento de las minorías. Es por ello que tanto el modelo de financiamiento de la política, como el modelo de comunicación, garantizan no sólo el desarrollo de dicho pluralismo político, sino la competencia equitativa y transparente.
Todas y todos los candidatos de partidos o independientes deben respetar los topes de gasto de campaña, informar puntualmente sobre el origen y el destino de los recursos que reciben y abstenerse se adquirir tiempos en radio y televisión.
De ahí que en la democracia mexicana la equidad en la competencia democrática, por el poder, sea sin duda responsabilidad del árbitro de las contiendas y de los Tribunales Electorales, pero también, por otra parte, que la seguridad de las y los candidatos, de las y los ciudadanos sea responsabilidad de las instituciones de seguridad del Estado mexicano. Con ellas hemos mantenido y seguiremos manteniendo una comunicación permanente, pero también y enfatizando la clara frontera en nuestras respectivas atribuciones, la paz pública y la seguridad son fundamentales para la democracia y para que las elecciones ocurran. Pero ésta es responsabilidad de las instancias de gobierno correspondientes.
Durante las campañas electorales que inician mañana, el Instituto Nacional Electoral será un árbitro vigilante que sin estridencias retóricas o decisionales ejercerá una a una sus decisiones para garantizar que los Procesos Electorales transcurran dentro del marco de la ley.
El INE se conducirá, como hasta ahora, con imparcialidad e intervendrá con firmeza y de manera oportuna cuando algún actor público o privado pretendan descarrilar el curso legal y equitativo de este proceso electoral.
Anticipo que las y los Consejeros Electorales no permitiremos que la búsqueda de ventajas indebidas cuestione, erosione el poder civilizatorio de las elecciones para dirimir las diferencias políticas e iniciar la construcción de acuerdo para el futuro del país.
Es mucho lo que se disputará en las urnas el próximo primero de julio. Por primera vez habrá candidatos independientes para el Senado y la Presidencia. En algunas entidades se experimentará la reelección en los municipios y las y los candidatos que obtengan en estos comicios escaños en el Poder Legislativo Federal o Local, podrán buscar la reelección al término de su mandato.
Por ello, considero que estas campañas representan una oportunidad invaluable para revertir el desencanto que existe entre los ciudadanos con la política.
Reconocer que el destino de nuestra nación es responsabilidad de mayorías y minorías, no sólo sentó las bases para el diseño del Sistema Electoral Mixto que a 40 años sigue vigente, sino que explica la importancia para la legitimidad del poder obtenido en las urnas, tiene la recreación de dicho pluralismo.
En la reelección más grande de la historia democrática de nuestro país, la competencia paritaria, el establecimiento de acciones afirmativas para la participación política de las mujeres en candidaturas plurinominales, los criterios para asegurar la representación política para personas indígenas en el Poder Legislativo son todos actos de inclusión que apuntalarán, estoy seguro, confío en ello, la democracia 50-50 que queremos construir.
Estoy seguro que la fiscalización con enfoque en modelos de riesgos, los criterios normativos para las tomas de decisiones de los Organismos Públicos Locales Electorales y el Modelo de Casilla Única serán factores que contribuyan a la estandarización de las condiciones de la competencia en todo el país.
En tal sentido, me permito a nombre de las Consejeras y Consejeros Electorales hacer los siguientes llamados a los gobernantes y servidores públicos de los tres niveles de gobierno –federal, estatal y municipal- para que ejerzan con imparcialidad los recursos públicos que tienen asignados y se abstengan de interferir en el proceso electoral de manera directa o encubierta.
A los partidos políticos y sus candidatos, a los candidatos independientes para que respeten los topes de gasto de campaña y cumplan con sus obligaciones de informar cotidianamente sus ingresos y gastos que realicen durante las campañas.
A los medios de comunicación para que sigan cumpliendo con el pautado de los promocionales de partidos y contendientes y para que ejerzan profesionalmente el periodismo, contribuyendo así a que las y los electores gocen y maximicen su derecho a la información. Y a la sociedad mexicana, en general, para que se informe y ejerza su voto libremente.
La integridad de las elecciones es una responsabilidad conjunta. Por ello también hago un llamado a todos aquellos actores que tenemos una responsabilidad en la adecuada conducción del proceso electoral a que estemos a la altura de la historia.
Confío que estas campañas transcurrirán por cauces legales, que en ella predominará el interés público y que el 2 de julio próximo, gane quien gane, las familias seguirán con sus rutinas, la discusión pública tendrá nuevos horizontes y desafíos y que la convivencia no se verá afectada por la intensidad de la competencia electoral que está en marcha.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en el punto 1 de la Sesión Especial del Consejo General, en el que se registran las candidaturas a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos presentadas por las coaliciones “Por México al Frente”, “Todos por México” y “Juntos Haremos Historia” en el Proceso Electoral Federal 2017-2018
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