Muy buenos días a todas y todos, es un honor estar esta mañana en esta inauguración en la XII Cumbre Mundial de Comunicación Política.
Agradezco mucho a los organizadores por la invitación, y en particular a Daniel Ivoskus, Presidente de la Cumbre.
Saludo con respeto y afecto a los miembros del presídium.
Estamos por enfrentar en nuestro país, en México, la elección más grande de nuestra historia. Las razones para poder afirmar lo anterior son múltiples, empezando por el número de potenciales electores, hace unos días se cerró justamente la posibilidad de inscripción al Padrón Electoral, y estimamos que tendremos un Listado Nominal del orden de los 88.3 millones de ciudadanas y ciudadanos que podrán ejercer su voto el próximo primero de julio.
Comparativamente con lo que ocurrió hace seis años, estamos hablando de nueve millones de nuevos electores. De hecho, de esta cifra, 12.6 millones de jóvenes votarán por primera vez en una elección Presidencial, y de estos, seis millones lo harán por primera vez en una elección federal.
Por otra parte, estamos en la antesala, dentro de pocas semanas, de que comience uno de los despliegues de campo más importantes que realiza el Estado mexicano, el INE con sus funcionarios tendrá que visitar a 11.5 millones de ciudadanas y ciudadanos en sus domicilios para invitarlos a formar parte de las mesas de votación, de ser funcionarios de las mesas de votación, y al final, necesitaremos a 1.4 millones de ciudadanas y ciudadanos que cumplan con esa labor el primero de julio.
Estamos hablando de un número considerablemente mayor al de hace seis años. Hace seis años los funcionarios de casilla, como llamamos a las mesas de votación en nuestro país fueron un millón, hoy necesitamos, en tiempos de desencanto con la política, con la democracia y sus instituciones, convocar a 1.4 millones de mexicanas y mexicanos que son los responsables de recibir los votos de sus vecinos y de contarlos con certeza y puntualidad.
Estamos, también, frente a la elección más competida de nuestra historia, así lo reflejan las cifras de los resultados electorales de los últimos años, en donde el margen de votación entre los primeros y segundos lugares se han venido considerablemente reduciendo.
Los últimos tres años son también, por cierto, el periodo de nuestra historia en el que más alternancia hemos tenido en el ámbito municipal; en el ámbito de las diputaciones locales; en las gubernaturas, de 24 gubernaturas ha habido 14 alternancias; y también de las diputaciones federales.
Por supuesto que haya alternancia no significa que haya democracia, la democracia supone la posibilidad real de la alternancia, si esto ocurre o no es una decisión libre de los electores, pero lo que haya habido un grado tan importante de alternancia del que han sido beneficiarios todas las fuerzas políticas, supone, precisamente un incremento o evidencia un incremento de la competitividad electoral.
Estamos también frente a las elecciones más grandes de nuestra historia desde el punto de vista de cargos de elección.
Ya lo anticipaba Daniel en el primero de julio existirá la disputa por tres mil 406 cargos de elección popular, y esto tomando en cuenta a cada alcaldía como un cargo, si desdoblamos el hecho de que, con una boleta para alcalde se designa también a los regidores y a los síndicos, en total serán más de 18 mil 300 cargos los que estarán en disputa y se distribuirán a partir de voto ciudadano en las urnas.
Nunca había ocurrido algo semejante. Hace seis años el número de puestos de elección popular en disputa apenas superaba los 2 mil 100, hoy tendremos 3 mil 406 distintas boletas distribuidas en las más de 156 mil casillas, 13 mil más que hace 6 años, el primero de julio.
En suma, estamos también frente a la lucha por el poder más grande, a través de las urnas, de nuestra historia. Y esto ocurre, por cierto, en un contexto de desencanto con la democracia.
Esto no es un fenómeno mexicano, es un fenómeno global en el que México inevitablemente está inserto, y con cifras que deben alarmarnos a todos, y más a quienes son responsables de la comunicación política durante las campañas electorales.
Estamos en un contexto, así lo refleja Latinobarómetro, en el que de un año a otro, de 2016 a 2017 el aprecio por la democracia en el continente ha disminuido significativamente, y en el caso mexicano pasamos de un 48 por ciento de quienes consideran que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, a un apenas 38 por ciento.
Creo que esto debería preocuparnos, el descontento con la democracia y con la política es un fenómeno que afecta la calidad de la democracia y que constituye, por cierto, para la autoridad electoral uno de los principales desafíos en esta lógica de convocatoria masiva de ciudadanas y ciudadanos que requerimos para que operen las casillas.
En México no es un eufemismo decir que las elecciones no sólo son para los ciudadanos, sino son hechas por los ciudadanos. Si los ciudadanos deciden no colaborar con el Instituto Nacional Electoral en la instalación de las mesas de casilla estaremos en problemas, y estaremos en problemas todos.
Ese es justamente el contexto que tenemos que remontar, y es un contexto en el que en el Instituto Nacional Electoral hemos decidido afrontar con la generación de información de manera inédita. Ésta no solamente queremos que sea, será la elección más grande de la historia, sino también queremos que sea la elección más explicada de la historia.
Estamos en un escenario en el mundo de generación de noticias falsas que en buena medida han logrado a contribuir con este desencanto con la democracia, con la política, con los partidos, con los políticos, que tenemos que remontar.
Por eso en esta elección desde el INE hemos tomado una serie de medidas, de acciones que buscan precisamente generar información a las y los ciudadano.
Por un lado, hemos apostado por una renovación radical del modelo con el que los debates, por lo pronto a la Presidencia, pero de ahí pretendemos que haya un efecto demostración en cascada hacia los distintos cargos de elección popular que estarán en disputa, de renovar el modo en que hacemos los debates presidenciales.
No solamente estamos buscando formatos mucho más ágiles, menos acartonados, sino también formatos, retomando en estos las mejores experiencias comparadas que permitan precisamente generar más información a las y los ciudadanos de quienes están disputando su voto.
En segundo lugar, hemos desplegado una, inédita a nivel mundial, campaña de generación de información. El día de ayer hemos suscrito, por cierto y es la primera vez que ocurre esto a nivel global, un convenio de colaboración con Facebook, la red social más importante del mundo.
Un convenio directo, en el pasado en el Ecuador había habido un convenio similar pero intermediado por una organización de la sociedad civil. En esta ocasión hemos, directamente el INE y Facebook, suscrito un convenio para generar información bajo una premisa: por un lado, la identificación de noticias falsas; y por el otro lado, la convicción compartida entre Facebook y el INE de que la mejor manera de combatir las así llamadas fake news, es generar información cierta, precisa, validarla y objetiva.
Hoy me disculpo con los organizadores porque después de la declaración inaugural tendré que salir corriendo. Tenemos justamente una reunión con directivos de Google y en breve con esta red y con Twitter estaremos, es nuestra intensión, suscribiendo convenios de manera similar.
De modo tal que la elección mexicana pueda convertirse en un venturoso, diría yo, laboratorio en el que distintos esfuerzos desde la sociedad, desde la industria y las autoridades se conjugan para generar un contexto de robustecimiento de la democracia, la mejor manera de combatir el desencanto, la mejor manera de combatir la desinformación es, estamos convencidos, generando información objetiva.
Y, finalmente, el tercer gran plano de organización de la elección de ruta crítica en el que el INE está inmerso es la de la rendición de cuentas, la tensa relación entre el dinero y política es un problema que aqueja y que es objeto de discusión y de debate en todas las democracias consolidadas o emergentes en el mundo.
En el Instituto Nacional Electoral por mandato de ley hemos desplegado, desarrollado probablemente el que constituye el sistema de fiscalización más robusto a nivel mundial y que busca precisamente la generación de rendición de cuentas en tiempo real.
El INE tiene que dictaminar los ingresos y gastos de las campañas por mandato legal apenas 45 días después de realizada la jornada electoral, esto porque el eventual rebase de topes de gasto de campaña o las irregularidades graves en materia de financiación de la política durante las campañas constituye en nuestro sistema electoral una eventual causa de nulidad de las elecciones.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación necesita pues estos dictámenes para poder calificar las elecciones. Y esto lo señalo precisamente en este contexto en donde muchos de ustedes están o bien asesorando en términos de comunicación política o bien en vías de hacerlo a alguno de los múltiples cargos de elección, candidatos a los cargos de elección popular en ésta, decía, la elección más grande de la historia.
Y en el INE si bien hemos asumido una lógica de cara a la discusión pública en redes sociales, en medios de comunicación, en el ambiente, en la palestra pública de una máxima apertura, de una máxima postura liberal frente a la libertad de expresión o de cara a la libertad de expresión, bajo la convicción de que éste es uno de los pilares fundamentales de todo sistema democrático.
También estamos desplegando un blindaje electoral que será absolutamente intransigente en términos de rendición de cuentas, por eso la invitación a todos ustedes si participan en una campaña electoral es que sean absolutamente trasparentes, se vale contratar, sin duda, ¿se vale contratar promoción en redes sociales? Sí se puede, pero tiene que reportarse a la autoridad electoral.
El INE está cerrando la pinza precisamente para a partir de esquemas de inteligencia financiera, hacer de esta elección no solamente la más grande de la historia, no solamente la más competida de nuestra historia democrática, sino también la más explicada, esto es la más informada, y la más fiscalizada de nuestra historia.
Conjugar todas estas características estamos seguros podrán convertir a esta elección también la elección como queremos más libre de nuestra historia. Pero esto supone una responsabilidad colectiva.
Siempre he dicho que la democracia implica la convergencia de responsabilidades de un sinnúmero de actores. En primer lugar, por supuesto, de las autoridades electorales que tienen que garantizar con su imparcialidad y autonomía frente a los centros de poder y los partidos políticos las mejores condiciones de equidad y de respeto a las leyes para la competencia electoral.
Es una responsabilidad de los gobiernos, de los distintos niveles de gobierno de cumplir con los mandatos constitucionales y de no intervenir, como lo prohíben las leyes, en la contienda electoral.
Hay una responsabilidad también de los propios gobiernos de cuidar y procurar el proceso electoral. Hay una responsabilidad de los partidos políticos y de los candidatos protagonistas centrales de las contiendas electorales.
Ojalá estas elecciones sean elecciones en donde eso que ha sido una de las razones por las cuales, así lo ha identificado la ciencia política, es una de las causas del desencanto democrático y de alejamiento de la ciudadanía respecto de los partidos.
Es decir, su vaciamiento ideológico los lleve a colocar antes que los candidatos, antes que el eslogan publicitario en el centro de la discusión la dimensión ideológica y programática.
El INE acaba de aprobar la semana pasada las plataformas electorales de los distintos partidos y las coaliciones. Se trata de un conjunto de propuestas, de diagnósticos de los problemas del país, de una enrome diversidad y de una gran riqueza.
Ojalá y eso esté en el centro del debate público. Porque los grandes problemas que aquejan a nuestras sociedades, y a la mexicana en particular, la pobreza. Tenemos 54.5 millones de pobres según cifras oficiales.
La desigualdad. Según OXFAM somos el país dentro de la OCDE con mayor desigualdad en términos de ingreso. La corrupción. La Impunidad que alimenta aquella. Y la inseguridad, que constituyen los grandes problemas estructurales de nuestro tiempo requieren, de cara a las elecciones, de cara a las campañas electorales que suponen un momento de reflexión colectiva en la que los distintos contendientes por el voto público presentan a la ciudadanía sus diagnósticos y sus maneras distintas de resolver, sus propuestas para resolver esos problemas estructurales constituyan el eje transversal de las campañas. Ojalá ustedes en buena medida tendrán una responsabilidad en ese sentido.
Hay una responsabilidad también de los medios de comunicación para premiar la información objetiva y veraz frente a las noticias falsas, hay una responsabilidad también del gremio de la comunicación precisamente para hacer de estas campañas, campañas en las que la información constituya el eje fundamental para orientar el voto de los ciudadanos, y el voto de los ciudadanos cuando es informado es libre.
Y finalmente, son los ciudadanos los responsables, verdaderos protagonistas de la vida democrática, de que con su participación hagamos de estas elecciones, insisto, las más grandes, las más explicadas, las más fiscalizadas, las más informadas, las más participativas, y por ende, las más libres de nuestra historia.
Muchísimas gracias.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la inauguración de la XII cumbre Mundial de Comunicación Política
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