Permítanme intervenir, distinguidas y distinguidos integrantes del Consejo en este punto.
Aprovechando los avances normativos y tecnológicos de dos décadas, la reforma de 2014 concibió un nuevo modelo de revisión de los ingresos y gastos de los partidos en la política que favorecen la rendición de cuentas, que facilite el registro contable de las operaciones financieras de partidos y candidatos y que la oportunidad de los resultados de la fiscalización permita que estos nos sirvan de insumos para que los Tribunales califiquen la legalidad o no de una elección.
En tres años, los avances logrados con el nuevo modelo de fiscalización han posibilitado que la sociedad mexicana conozca en menos de dos meses y con mayor detalle que nunca, cuánto gastan, cómo gastan y con quién gastan los partidos políticos y los candidatos los recursos que se invierten en la competencia electoral.
Ciertamente los partidos han evolucionado muchísimo en el manejo contable y administrativo de sus recursos y finanzas y los dictámenes consolidados han servido de insumos para las determinaciones de las instancias jurisdiccionales en cada contienda electoral.
Pero la creciente competitividad en prácticamente todos los ámbitos electorales, así como la sofisticación de las formas de gasto y vínculos financieros de los actores políticos con sus simpatizantes y proveedores, nos llevan a definir nuevos retos en materia de auditoría y fiscalización, de cara a la elección más grande y compleja de nuestra historia, para que se convierta también en la elección más transparente y auditada de la democracia mexicana.
Desde mi perspectiva, la fiscalización del INE -de cara al 2018- debe evolucionar en dos sentidos: el primero es disipar las diferencias de criterios que se han venido experimentando en la fase jurisdiccional de las contiendas locales de este año para que, como se dijo en este Consejo General, no existan diferencias entre la verdad jurídica y la verdad contable en materia de fiscalización.
Estoy convencido que en 2018 la empatía de criterios y la claridad sobre el dinero invertido en la competencia electoral deben contribuir a la estabilidad del país y a la gobernabilidad democrática.
Es mi convicción que el andamiaje electoral mexicano ha configurado, a lo largo de dos décadas, un sistema de doble garantía -una administrativa, otra jurisdiccional- que no debe convertirse en un sistema de doble interpretación y para ello es necesario intensificar una colaboración dialogante entre el INE y el Tribunal Electoral, que sirva para clarificar la complejidad con la que se instrumenta el modelo de fiscalización.
Estamos trabajando en ello para que la del 2018 sea la elección con la fiscalización más rigurosa de la historia, junto con el Tribunal Electoral.
El segundo, es priorizar el uso de modelos de riesgo para el cumplimiento de sus objetivos y utilizar con mayor efectividad las atribuciones que la ley le ha conferido al INE para seguir la huella del dinero ejercido en las contiendas.
En esta evolución es indispensable ser más proactivos en las funciones de auditoría, trabajar con mentalidad e inteligencia e intensificar la actividad de investigación y de manera especial, desarrollar una reflexión institucional que permita identificar y clasificar los riesgos a los que se enfrenta la labor fiscalizadora del INE para hacer más efectiva y garantizar que el dinero ilícito no influya en la competencia por el poder político.
Permítanme decirlo de esta manera: necesitamos que el trabajo de la Unidad Técnica de Fiscalización tenga como eje un enfoque de gestión de riesgos y que con base en las facultades legales potencie el uso de inteligencia financiera, fiscal y electoral para transparentar el uso del dinero invertido en las elecciones e inhibir el ingreso del dinero ilegal a partidos y candidatos.
Se trata de avanzar hacia el uso de modelos de riesgo en la fiscalización como los que se han implementado en el Servicio de Administración Tributaria desde 1997 y que han contribuido a detectar y contener las operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita.
El modelo derivado de la Reforma 2014 debía construirse, asentarse y afianzarse; echarse a andar y demostrar su viabilidad y funcionalidad. Ese trabajo, a lo largo de tres años ha sido conducido exitosamente por el Contador Eduardo Gurza que dirigiendo la Unidad Técnica de Fiscalización sirvió para concretar, para sentar y darle viabilidad a este modelo.
Hoy, el Sistema Integral de Fiscalización funciona cada vez mejor, razón que se debe a este proceso de aterrizaje y de echar a andar este modelo. Desde este punto de vista, desde ahora anticipo mi agradecimiento a él.
Ahora, necesitamos pasar a otro nivel en el ejercicio de inteligencia y de construcción, como decía, de modelos de riesgo; el desafío ya no es de tipo contable, sino de capacidad de rastrear el dinero y explotar la gran cantidad de información y de fuentes a las que el INE tiene el acceso.
Necesitamos a una persona que con su trayectoria profesional no solo acredite imparcialidad y experiencia de adaptación e implantación de modelos de riesgo, de nuevos modelos de auditoría más informatizados e integrales, sino alguien que pueda liderar técnicamente con el ímpetu suficiente la fiscalización más grande de la historia, con rigor técnico y mayor exhaustividad que la que hemos logrado hasta la fecha.
En este sentido, con fundamento en las atribuciones que me confiere la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, el Reglamento Interior y con base en el dictamen técnico emitido por la Dirección Jurídica y ante la renuncia a su cargo que ha presentado el Contador Eduardo Gurza, a quien de nueva cuenta agradezco su contribución al nacimiento y establecimiento del modelo de fiscalización a cargo del INE, es que me permito, visto que se acreditan los requisitos dispuestos en la ley, proponer al Doctor Lizandro Núñez Picazo como titular de la Unidad Técnica de Fiscalización.
El Doctor Núñez Picazo es un servidor público que desde hace más de 25 años ha dado cuenta de su sólida formación profesional, tiene una larga experiencia profesional en materia hacendaria construida desde 1992, la cual con base en su profesionalismo y desempeño le ha permitido trascender las alternancias experimentadas en los últimos 20 años y consolidar su experiencia profesional.
En el cuarto de siglo que el Doctor Núñez Picazo ha dedicado, se ha dedicado a tareas tributarias y fiscales en el sector público, ha pasado por prácticamente todos los niveles del Sistema de Administración Tributaria; es decir, es un profesional que podríamos decir forma parte de la carrera, es un funcionario de carrera en el SAT.
En 2012, el Senado de la República lo designó, por unanimidad, como administrador general de recaudación, cargo que ocupa hasta la fecha, además de desempeñarse como consultor en materia fiscal en el Fondo Monetario Internacional de 2015. Además ha tenido una amplia experiencia como docente y conferencista.
Confío en que el liderazgo del Doctor Núñez contribuirá a consolidar el proceso de integración del personal de la Unidad Técnica, derivado del reciente concurso del Servicio Profesional Electoral a impulsar la investigación de comportamientos de riesgo y aplicarlos a las auditorías y que además este liderazgo le permita ver esta renovación como una oportunidad para fortalecer técnica y procedimentalmente a esta Unidad.
Estoy seguro que bajo la supervisión de la Comisión de Fiscalización, el Doctor Lizandro Núñez realizará, si así lo dispone este Consejo General, la fiscalización más exhaustiva que haya llevado a cabo el INE y que será un factor adicional de certeza y legalidad de las elecciones 2018.
El Doctor Núñez Picazo viene a continuar un trabajo que ya se ha asentado, razón por la cual concluyo agradeciendo al Contador Eduardo Gurza, de nuevo, el trabajo desempeñado en esta institución en estos poco más de dos años, y le deseo el mayor de los éxitos en su futuro profesional.
Está a consideración la propuesta.
Versión estenográfica de la intervención del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, en el punto 18 de la Sesión Ordinaria del 18 de diciembre de 2017, en el que se designa como titular de la unidad técnica de fiscalización, al ciudadano Lizandro Núñez Picazo
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