En las próximas semanas, y a más tardar el 29 de marzo del año entrante, los mexicanos conoceremos quiénes serán los candidatos de los partidos políticos, las coaliciones que se integren y los independientes que logren su registro para contender por la Presidencia de la República, senadurías y diputaciones federales.
Entonces tendremos claro el mosaico de opciones políticas que aparecerán en las boletas electorales el 1º de julio de 2018, a fin de renovar los poderes públicos que posibilitan la gobernanza en nuestro país con nuestro voto libre e informado.
Los participantes en la contienda utilizarán diversas estrategias e instrumentos para comunicar a la ciudadanía su oferta política. Dispondrán de spots en radio y televisión y prerrogativas suficientes para difundir su propaganda en sus distintas modalidades. Sin embargo, el ejercicio democrático exige la celebración de debates. Estos son espacios idóneos para que los candidatos expongan y confronten sus propuestas, planteamientos y plataformas electorales, e inclusive presenten información sobre su trayectoria o la de sus contrincantes, además de datos relevantes para el desempeño del cargo público al que aspiran.
Estoy convencido que los debates son una herramienta fundamental en democracia. En estos foros se promueve el ejercicio del voto informado y se ejerce con amplitud el derecho a la libertad de expresión. Los candidatos expresan sus opiniones y propuestas, confrontando y criticando a sus oponentes, y la ciudadanía se allega de mayor información para emitir un voto informado y razonado. En esa ruta, el INE se ha comprometido a trabajar en formatos de debates menos acartonados y más dinámicos.
El pasado 26 de septiembre entró en vigor la modificación al Reglamento de Elecciones que permitió la instalación de la Comisión Temporal de Debates para coordinar la realización de los encuentros entre candidatos presidenciales, previo al arranque del proceso electoral federal 2017-2018. El objetivo de esta reforma es definir las reglas básicas de los debates con anterioridad al inicio de precampañas y, especialmente, sin conocer previamente a los contendientes, a fin de que los formatos propuestos sean neutrales, objetivos y flexibles, en beneficio de sus protagonistas y de su audiencia principal: los ciudadanos.
Es importante adaptar los debates a las nuevas tecnologías de la información que propician un intercambio de información más fácil y en tiempo real. Por ello, el próximo 31 de octubre y 1º de noviembre, el INE organizará el “Foro Internacional de Debates Electorales: el reto hacia 2018”, donde especialistas en la materia discutirán las mejores prácticas internacionales para la organización de los debates. Este evento será de gran utilidad en las tareas que deberá realizar la Comisión Temporal en las próximas semanas.
En el INE estamos encaminados a aprovechar las experiencias recientes para no repetir la historia de debates acartonados, sin interacción entre candidatos, carentes de espontaneidad y de participación de la ciudadanía. Apostamos por foros que sean útiles, espacios de libre expresión, contraste de propuestas, con equidad y trato igualitario entre sus participantes.
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