“El rol de las plataformas electorales”, artículo de Lorenzo Córdova en Excélsior

Escrito por: INE
Tema: Opinión

Para el debate democrático las plataformas electorales son tan importantes o más que la definición misma de las candidaturas. De hecho en nuestra democracia no puede haber candidaturas si antes no existen plataformas electorales.

 Sin embargo, existe una tendencia generalizada que desnaturaliza el rol de las plataformas en una contienda democrática y que considera a las mismas como un mero requisito para poder postular a los candidatos.

 De acuerdo con nuestra Constitución, los partidos políticos cumplen la función de ser puentes entre la ciudadanía y los cargos públicos de elección popular. En ese sentido, idealmente deberían presentarse ante la sociedad en la búsqueda de su voto a partir de diagnósticos y propuestas recogidos en sus plataformas electorales.

 Norberto Bobbio decía que los partidos son, ante todo, centros de agregación de consensos de las y los ciudadanos en torno a un programa y a un proyecto político. Así, la definición política de un partido deriva de la ideología y del programa político que plantea. Eso es lo que le otorga identidad política y, por ello, diferenciación respecto de otras fuerzas políticas. En este sentido, las plataformas electorales constituyen las bases sobre las que deberá darse la contienda política para obtener el respaldo de los electores.

 De nuevo recuerdo a Bobbio: el voto libre, como una de las condiciones de funcionamiento de la democracia (como uno de los “universales procedimentales” de funcionamiento de esta forma de gobierno, en términos del  célebre politólogo italiano) supone entre otras cosas, no sólo la autonomía de los electores al momento de decidir entre las opciones políticas, sino la existencia efectiva de alternativas diversas.

 La competencia electoral no es sólo un asunto de membretes ni de que existan únicamente distintos partidos políticos respecto a los cuales emitir el voto. Tampoco, me parece, que debe ser solo ni de manera privilegiada un asunto de personas, de distintas personas entre las cuales optar. Se trata, de la existencia de una diversidad de alternativas políticas, de diagnósticos sobre los múltiples problemas que aquejan a una sociedad y de las propuestas para solucionarlos.

 Lamentablemente la tendencia global de las democracias, de la que no escapa México, en que la lucha política está determinada por el pragmatismo electoral: ganar a como dé lugar y sin importar cómo. Eso ha traído como consecuencia un vaciamiento ideológico y programático que ha contribuido al desgaste y falta de aprecio ciudadano que enfrentan los partidos políticos en el mundo, a pesar de que se trata de pilares fundamentales de la democracia. El problema de este desgaste es que, como lo he dicho en muchas ocasiones, sin partidos no es pensable una democracia, nos guste o no.

 Por eso el énfasis que debe ponerse a las plataformas electorales durante las campañas. Así, en una coyuntura de baja satisfacción con la democracia, las campañas electorales juegan un doble rol: uno, para contrastar los diagnósticos y las propuestas y poder hacernos una opinión de los partidos de cara a las urnas, y otro, es una oportunidad de re-dignificar a la política en tiempos de desencanto de la misma.

 México es un país con graves problemas, la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la seguridad, son reiteradamente problemáticas que lastiman y erosionan la confianza entre las y los ciudadanos. Esa es la oportunidad que las campañas otorgan a los partidos políticos y sus abanderados: una oportunidad privilegiada para que debatan de cara a la ciudadanía sus distintas perspectivas y propuestas de solución a esos problemas.

 Vamos a la elección más grande de la historia y también esto representa un desafío para los partidos políticos, para que estén a la altura de los problemas que enfrenta nuestra democracia.

 Ojalá que todos, partidos, candidatos, medios y ciudadanía, asuman con responsabilidad este desafío en beneficio del futuro del país y de nuestra democracia. De ahí que en el INE promoveremos intensamente la discusión y el debate público de las plataformas bajo una premisa: esa es la mejor manera en que vamos a garantizar el voto libre de las y los ciudadanos.

Consulta el artículo en Excélsior. 

RESUMEN