“Garantías al sufragio”, artículo de Marco Baños, en El Sol de México

Escrito por: INE
Tema: Opinión

En nuestra normalidad democrática no es posible ya asegurar “carros completos” o victorias aplastantes en las urnas. Debemos acostumbrarnos a elecciones sumamente competidas y con estrechos márgenes de diferencia de votos entre los principales contendientes. Dada la experiencia reciente, el INE no tiene espacio alguno para el error. Y uno de los puntos vitales de cada proceso electoral es la capacitación de los funcionarios de casilla para recibir y contar los sufragios el día de la jornada. Es un tema que no acapara muchos reflectores, pero para nosotros reviste la mayor prioridad.

 Los antecedentes disponibles de los comicios presidenciales de 2006 y de 2012 nos enseñaron cómo una inconsistencia -que suele presentarse en cada elección y puede ser producto de error humano involuntario-, se convierte en bandera para impugnar todo el proceso, es decir, para atacar un gigantesco esfuerzo que no es exclusivo de la autoridad, sino también y principalmente de la estructura ciudadana responsable de las mesas directivas de casilla. Para subsanar eventuales fallas tan comunes en comicios altamente complejos como el que nos espera el año entrante, el INE se ha dado a la tarea de analizar con lupa el comportamiento de este fenómeno en las votaciones y escrutinios más recientes.

 Estos ejercicios nos han permitido identificar erratas importantes y explorar soluciones definitivas al problema. Así, hemos diseñado manuales específicos para cada segmento crucial de la capacitación electoral para supervisores y capacitadores electorales que son, ni más ni menos, el personal contratado por el Instituto para preparar a conciencia y detalle a las personas sorteadas para ser funcionarios de casilla. El material aprobado ya contempla 11 piezas documentales que contienen toda la información y las explicaciones precisas para operar las mesas receptoras del voto, desde la apertura hasta el cierre y las sesiones de escrutinio. Todo un bagaje didáctico fundamental para dar certeza a la expresión ciudadana.

 El registro de coaliciones y la incorporación de candidaturas independientes nos presentan áreas de oportunidad a fin de evitar equívocos no solo en la forma en que los ciudadanos emitirán los sufragios en la boleta, sino en el método con que los funcionarios de casilla los contarán. Parece simple, como lo prevé la ley: un voto por coalición o independiente. Pero a la hora de estar dentro de la mampara, con una amplia lista de postulantes en la papeleta, tanto el elector como el funcionario de casilla podrían confundirse. Nuestra responsabilidad es acotar esta eventualidad.

 Recientemente, la Dirección Ejecutiva de Organización Electoral nos entregó un análisis sobre el llenado de actas de escrutinio y cómputo de la elección de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, cuyos resultados son muy esclarecedores. Según el estudio, “el error más frecuente” sigue siendo el de tipo numérico, pues 35 de cada 100 actas lo presentan. La omisión de datos requeridos en ellas también es frecuente. El objetivo es que el número de votantes sea igual al de boletas y de sufragios emitidos para cada elección, así de simple. Y en este rubro hemos encontrado que el grado de certeza es muy alto. Es decir, las consistencias son más que las inconsistencias.

 Simplificar el diseño de la boleta y de las actas de escrutinio y cómputo, así como reforzar el uso de los manuales y cuadernillos para funcionarios de casilla, son nuestras prioridades. Prever la sustitución de integrantes de las mesas directivas también nos presenta un reto mayúsculo. Que cada voto cuente y se cuente bien no es una expresión de simple retórica. Es nuestra obligación constitucional.

Consulta el artículo en El Sol de México.

RESUMEN