Conferencia Magistral «Breve Historia del Futuro de las Elecciones-John Keane

Escrito por: A Fernandez
Tema: Destacada

«Las elecciones dan mucho, aunque las menospreciemos, pero me da la impresión que las elecciones no dan todo lo que esperamos de las mismas».

 

Presentadora: Buenos días. Agradecemos la presencia del Doctor Lorenzo Córdova Vianello, Presidente del Instituto Nacional Electoral.

Del doctor John Keane, catedrático de la Universidad de Sydney, Australia y del doctor Ciro Murayama Rendón, Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral.

Agradecemos también la presencia de las y los consejeros electorales, integrantes de la Junta General Ejecutiva, vocales, consejeros presidentes y consejeros de los Organismos Públicos Locales; así como de académicos, estudiantes, investigadores, representantes de los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación que nos acompañan.

Para dar inicio cedemos la palabra al Doctor Ciro Murayama Rendón.

Consejero Electoral del INE, Ciro Murayama Rendón: Buenas tardes a todos.

Hace un par de años tuve la fortuna de ser invitado a una misión de observación electoral en Asia y coincidí en Taiwán con el Profesor John Keane de la Universidad de Sydney, y ahí comenzamos una conversación acerca de los desafíos contemporáneos de las democracias, que me llevó a leer con mucho entusiasmo una de las obras que considero yo más esclarecedores, se lo dije al profesor Keane en un correo; encontrar y leer el libro “The Life and Death of Democracy”, fue para mí como encontrar una linterna en una noche oscura.

Que intelectualmente daba guía, elementos para cruzar una época oscura desde distintos puntos de vista para las democracias.

Y a partir de ahí, es que cuando decidimos los consejeros del Instituto Nacional Electoral retomar el ciclo de Conferencias Magistrales, considerábamos que era obligado convocar, invitar a México a John Keane, quien se ha hecho cargo de temas de toda actualidad, pero también, con profunda historia de las democracias y tienen que ver con la violencia y la democracia, el papel de los medios sin el cual hoy no se entiende ninguna democracia.

Y él ha trabajado también en biografías como la de Black and Haven, la de Tom Payne, y ahora está preparando un libro que será de lectura obligada a nivel mundial sobre la situación política en China.

Es un verdadero honor que el Profesor Keane esté con nosotros, visitando una democracia que enfrenta distintos problemas, no sólo los coyunturales de estos días, que sin duda ocupan nuestro trabajo y que ameritarán mucha discusión y reflexión local, sino algunos problemas estructurales que están presentes.

He de decir, que desde que se dio la primera alternancia, en el año 2000 en la Presidencia de la República, en México prácticamente no se ha modificado el porcentaje de pobres en el país, pasamos de un 54 a un 53 por ciento. Y sin embargo, como la población ha crecido rápidamente en los años de democracia, de acuerdo a las cifras oficiales, se han producido prácticamente 12 millones de nuevos pobres en México.

La inequidad social, la profunda desigualdad no se ha revertido un ápice en estos años, la altísima  concentración del ingreso permanece intocada, y estos años de democracia de muy bajo crecimiento económico coinciden con el mayor crecimiento histórico en términos absolutos de gente llegando a la edad de ciudadanía y de jóvenes sumándose a la demanda de educación superior, y a la oferta de fuerza de trabajo para el mercado formal que no han encontrado un lugar, un espacio institucional, si entendemos un espacio institucional como una oportunidad de educación, o una oportunidad de tener un trabajo formal.

La precariedad es la característica de la vida mexicana, a lo que se suma la violencia de los últimos años, y en ese contexto estamos pues en una democracia que tiene poca profundidad, digamos, en términos de las condiciones materiales para echar raíces. Esa es la democracia que tenemos, además de una democracia altamente competida, muy disputada.

Y creo que siempre es oportuno trascender la mirada al ombligo propio. Entender que hay desafíos que van más allá de nuestras características, de nuestra cultura, que no son problemas estrictamente mexicanos, sino que somos parte de una época global de serios desafíos.

Para conversar sobre esos desafíos, para enriquecer nuestro conocimiento sobre la democracia, creo que no podríamos tener mejor invitado, que el profesor Keane.

Really, is a pleasure and honor have in you ear John, please.

(INTERPRETACIÓN DEL INGLÉS AL ESPAÑOL)

Catedrático de la Universidad de Sydney, Australia, John Keane: Muchas gracias, doctor Murayama. Gracias por la invitación de INE.

Y me gustaría decirles buenas tardes a todos. Me gustaría también decir muchas gracias por la invitación, y estoy feliz de estar en México por segunda ocasión en mi vida.

Damas y caballeros. Ciudadanos, ciudadanas.

Mi tema hoy es las elecciones, y de qué manera tienen un futuro en el siglo XXI.

Me gustaría empezar en el principio, como que debería ser el punto más evidente, que es la ortodoxia. La ortodoxia es que desde 1945, y voy a tener que hacer una señal para que cambien, mi nombre.

Dice, en 1945 hay aquí el Artículo 21, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Desde 1945 hay una ortodoxia, en una creencia que las elecciones libres y justas son el alma y el corazón de la democracia.

El tono establecido en este Artículo 21, y estamos aquí profesores, periodistas, ciudadanos, ciudadanas, gobiernos, partidos, nos dicen que el momento culminante de la democracia son las elecciones generales libres y justas a nivel nacional.

Y ustedes saben que desde 1945 ha habido una enorme transformación. Fuiyam House en Estados Unidos nos dice que en el año 2013 hubo 88 estados, es decir, 45 por ciento de los países del mundo que tuvieron elecciones libres y justas y otros 59 países que eran parcialmente libres las elecciones, es decir un 30 por ciento de los países del mundo.

Sin embargo, yo quiero sugerirles a ustedes que esta creencia, esta convicción de que hay una especie de ley de hierro de que la democracia es esencialmente, que sencillamente tiene que ver con elecciones libres y justas. Está empezando a estar abajo presión.

Por qué sucedió después del 45 qué la democracia empezó a ser visto sencillamente como algo que tiene que ver, son muchas razones Los ciudadanos, por supuesto, se han apegado a las elecciones.

También queda claro que los partidos, los gobiernos, la clase política, las legislaturas, los cabildeos, todos tienen una inversión en las elecciones libres y justas.

Las elecciones libres y justas se han convertido en el pan nuestro de todos los días. No sé cómo decir eso, quizás tortillas y mantequilla. El pan nuestro de cada día.

El periodismo, los medios de comunicación han reforzado esta tendencia, por ejemplo, en la cobertura de las elecciones, en las historias, en los escándalos políticos, en las noticias, en todos estos esfuerzos de los medios hay mucho poder en estas ortodoxias de las elecciones.

También las encuestas de opinión, y también son muy importantes los politólogos. El desarrollo de financiamiento para la investigación, para proyectos de investigación, por ejemplo, para investigar las elecciones y promover la integridad de las mismas. Esa es la ortodoxia.

Hay algunas excepciones, a este punto de vista ortodoxo; y por supuesto, China es la excepción mayor que existe en el mundo.

En China no hay elecciones libres y ni justas a nivel estatal, del Estado. Es una excepción y esta es una excepción muy importante.

Y sin embargo, yo quiero sugerirles a ustedes, hoy en la mañana, que las cosas no están funcionando tan bien en las casas de las elecciones. Hay cada vez más dudas en torno a la relevancia en las elecciones o la efectividad de las elecciones, y me gustaría abordar seis tendencias que ustedes pueden ver cuando tienen un punto de vista largo, desde el 45 al 2017.

La historia que es más cercana, es la historia que es más difícil de entender, pero en mi trabajo he procurado tomar un punto de vista largo para pensar en términos de la democracia, y hoy en la mañana quiero sugerirles que hay seis tendencias a largo plazo a las que tenemos que poner atención para poder entender el futuro de la democracia.

Esta es la ortodoxia, las elecciones entre un Estado, la parte central son la parte central de una democracia, los partidos políticos organizan a la sociedad civil, llaman a los ciudadanos a votar por ellos para poner los representantes en la legislativa, se genera un Poder Ejecutivo, y todo esto se da dentro de un contexto nacional de corte burocracia gubernamental, etcétera. Ese es el modelo estándar.

Pero si pudiéramos cambiar la transparencia, por favor. Y ahora, la siguiente, por favor. No tengo poder sobre las transparencias.

Bueno, quiero abordar seis tendencias que pueden ver, me parece, en funcionamiento en este periodo, después del 45.

La primera tendencia, es lo que yo llamo «el desencanto público con las elecciones». ¿Qué quiero decir con esto? Si ven la historia de las elecciones, encontrarán, desde finales del Siglo XVIII, a lo largo del siglo XIX e inicios del Siglo XX, verán una gran pasión y entusiasmo en torno al principio de las elecciones libres y justas.

Piensen en términos de Francisco I. Madero, por ejemplo, en su política anti reeleccionista, su compromiso apasionado con la importancia de las elecciones periódicas, piensen en la poesía que se escribió para apoyar las elecciones.

John Whitman, el poeta demócrata más grande en Estados Unidos, se me ocurre, se me viene a la mente.

Y encontrarán, a lo largo del Siglo XIX, inicios del Siglo XX, la creencia de que una persona por voto podría generar un gobierno sin corrupción, podría generar igualdad política, podría generar dignidad social y podría equilibrar, como Pierrón señaló, podría crear una armonía colectiva de una sociedad sin clases, grandes expectativas, grandes esperanzas fueran puestas en las elecciones.

Y lo que yo pienso es que estamos viviendo momentos en los cuales hay una especie de desencanto con respecto a esta visión de las elecciones, hay mucho mayor realismo, por así decir: las elecciones se han aterrizado y las elecciones hoy en día se ven en términos más utilitarios, en términos más pragmáticos.

Permítanme ilustrar comparando dos escritores, quienes ustedes conocerán: Ítalo Calvino, en la Jornada de uno scrutatore, es una narrativa maravillosa de las elecciones a inicios de la Italia Postachista, en donde Calvino señala que el acto de votar es como un acto de rezar, es como una cuerda ante la iglesia, en donde la creencia es que cada individuo cuenta antes, no ante los ojos de Dios, sino ante el proceso de la elección.

Y la gente llega a este proceso con reverencia en este acto de votar como si fuera a ir a la iglesia a ir a orar, a rezar.

Comparar esto con la novela de José Saramago que se llama La Pista, pero es la historia de un día soleado en donde el 83 por ciento de los votantes no van a votar.

Y Saramago nos dice que cuando llegan a votar, votan en blanco. Esta es una protesta silenciosa en contra de la falta de valor de la votación.

Los ministros de gobierno se molestan, declaran un estado de emergencia, dicen que el país está enfrentando un ataque terrorista, la policía secreta entra en razón, buscan las casas, hay bombas, toda la democracia empieza a descender hacia una terrible oscuridad.

Creo que la comparación de Calvino y Saramago captura de cierta forma cómo a lo largo de mi vida las expectativas y las experiencias en torno a las elecciones sean transformadas.

Esta es la primera tendencia que yo quería señalar: el desencanto.

La segunda tendencia es que en esta generación se ha desarrollado lo que lo llamo “Democracia Monitoreada”. ¿Qué es esta frase tan rara?

Lo que yo quiero decir con esto es que estamos viviendo una época en la cual las elecciones se efectúan rodeadas de muchas instituciones de monitoreo, podrían llamarles instituciones de vigilancia, INE es una de estas instituciones; instituciones que monitorean, supervisan, inspeccionan, es la actitud del gobierno, del autogobierno y de la democracia, está cambiando.

La democracia ya significa, no nada más elecciones libres y justas, sino que mucho más que eso. Y esto es el escrutinio público y el control del poder arbitrario de los gobiernos, pero también de las corporaciones y otros cuerpos no gubernamentales.

Estoy aquí hablando no solamente del monitoreo electoral, que es único a este periodo histórico, pero también me estoy refiriendo a la aparición en todas las democracias de organizam on frontier, o Greenpace, Oxfam, Wikileaks. O bien, en la India tienen una red muy interesante que se llama pagueunamordida.com. El trabajo es monitorear la corrupción a lo largo y ancho de la sociedad de la India.

El punto es que las elecciones hoy en día están colocadas dentro de una ecología mucho más compleja de poder, escrutinio y control del poder.

Los escándalos se vuelven la norma, se vuelven normales bajo condiciones de la democracia monitoreada. Y uno podría decir que estamos yendo de una era en donde hay una persona y un voto, a una era en la cual el principio de la democracia monitoreada se aplica.

Es decir, una persona, muchos votos, una multiplicidad de representantes. Por ejemplo, la evidencia muestra que muchos ciudadanos; por ejemplo, en las democracias europeas se identifican más con organizaciones como Amnistía Internacional, Oxfam, Médicos Sin Fronteras, tienen más legitimidad que los partidos políticos, y los políticos, y los parlamentos.

Esta es la segunda tendencia que yo diría debilita la ortodoxia de las elecciones libres y justas, con lo que inicié la conferencia.

La tercer tendencia, tiene que ver con la revolución de la comunicación que se está dando a nivel global y que no ha concluido todavía. Ese es el desarrollo de redes digitales, flujos de información digital en redes que hoy afectan todas las entidades, y afectan la televisión, la radio, la prensa.

Unas consecuencias que está empezando a ser evidente de esta revolución de la comunicación es la forma en la que los partidos políticos y los gobiernos hoy en día están, son máquinas medios, máquinas de comunicación.

Tienen comunicadores profesionales, están guiados por encuestas de opinión, grupos de enfoque, etcétera, los changos de los datos, como les llaman los americanos están por doquier. Todas las organizaciones en el campo de la política electoral, hoy en día están aprovechando intentando de encontrar formas de aprovechar esta revolución de la comunicación y llevarla a sus propios molinos.

Hemos entrado en la era de una campaña permanente, la campaña permanente quiere decir que nunca termina la elección, una vez que concluye una elección empieza la siguiente. Y un académico y escritor que es de la India, cuyo nombre es Ashis Nandy, ha llamado esto una cefocracia, es una palabra cefocracia, cefos es elección, en griego.

Cefocracia dice: la India se ha vuelto una cefocracia, hay elecciones, constantemente hablan de elecciones constantemente, organizan elecciones constantemente y esto genera una cuarta tendencia que son los ciudadanos inconformes.

Todas las democracias en la faz de la tierra están experimentando esa falta de afecto por las elecciones, son muy volátiles, se está bajando la membresía política, hay manifestaciones en las calles. Hay todo un surgimiento de una antipolítica que está en contra de los partidos políticos, contra los congresos, contra las elecciones.

Y no es sorprendente que vivimos en la era de muchas bromas sobre las elecciones, no sé si tienen versiones mexicanas de esas, pero hay gente que dice que la única razón por la que tenemos elecciones es para ver si las encuestas de opinión son precisas, se supone que esto es un chiste.

Otros dicen que si los dioses hubieran tenido la intención que votaran, nos hubieran dado candidatos, ese es un sentido muy sutil. Pero es el suelo donde florece el populismo.

En esta conferencia hoy no voy hablar mucho sobre el populismo, pero claramente es una expresión en Wilders en Holanda, Le Pen en Francia, Duterte en las Filipinas; Trump, por supuesto, en Estados Unidos.

El populismo es una expresión de esta falta de afecto, es un esfuerzo por controlar esta falta de afecto de los ciudadanos con elecciones contra la casta, contra el establecimiento político.

Esta falta de afecto de los ciudadanos alimenta el populismo, pero también alimenta otro tipo de políticas, es como si la pasión política se hubiera alejado de las elecciones hacia otros foros, hacia foros supuestamente antipolíticos a ocupar las calles, por ejemplo.

Piensen en términos en los últimos 10 años del surgimiento de M-15 en España, o piensen en términos de “Stuttgart andch un bankets” un programa en Alemania en contra de la construcción de una estación ferroviaria.

Piensen en términos de “Okipagospic”, piensen en el movimiento de Girasol, en Taipéi, en donde los alumnos ocuparon el Parlamento, porque estaban inconformes con la forma en que el Parlamento estaba tratando de aprobar leyes importantes.

Estas iniciativas ciudadanas se están convirtiendo en algo normal bajo condiciones de democracia monitoreada, y me parece que son, están planteando, están cuestionando los límites, las fronteras de las elecciones, y podríamos hablar, espero, en las preguntas y respuestas sobre lo que estas redes de ciudadanos y protestas ciudadanas de qué se tratan.

Hacen muchas cosas, pero muchas veces son protestas en contra del principio de la regla de la mayoría, es decir, son minorías o mayorías potenciales que han sido excluidas de las elecciones y de las plataformas de los partidos; son iniciativas que son de un carácter multimedio y también son espacios públicos que a veces publican para todo el mundo, difunden para todo el mundo.

Esto ha empezado con el movimiento del “Just and wires” en Estados Unidos, y sigue hoy en día, continua hoy en día, en muchos contextos en donde los ciudadanos usan los medios de comunicación a pesar de las elecciones, los partidos políticos y los gobiernos para tratar de lograr cosas, para convocar a los otros ciudadanos a apoyarles. Esa es la cuarta tendencia.

La quinta tendencia, es el problema del dinero negro, y estoy aquí hablando sobre el capitalismo.

Saben muy bien en México sobre esta dinámica, pero lo que yo pienso que podemos decir al respecto en términos muy sencillos, es que los votantes y los partidos políticos y los congresos, los gobiernos están tomando conciencia de que las elecciones en sí misma en sí mismas están insertas en un sistema de ganancias, de ganancias, de capitalismo guiado hacia las relaciones de procesos capitalistas y mercantiles. Esto quiere decir que el problema del dinero y la propiedad están regresando a todas las democracias.

Déjenme darles un ejemplo de esto: el problema del gran dinero en las elecciones es casi un problema universal: tenemos mecanismos en línea para enfrentar esa cuestión, es algo que no está concluido en el escenario mexicano.

Piensen en Estados Unidos, piensen sobre la decisión de los ciudadanos de la Corte Suprema en el 2010, que básicamente decir que el dinero es lo mismo que la libertad de expresión y debe ser protegido, esto quiere decir que las elecciones ahora son configuradas por los donantes billonarios, como Charlton Alison, los hermanos Copp y por supuesto Donald Trump, que no se basó en esos billonarios, porque él en sí mismo tiene suficiente dinero, tenía suficiente dinero para lanzar su campaña, continuar con su campaña.

Lo interesante es que estos oligarcas ricos muchas veces favorecen la austeridad, es una gran paradoja, tanto dinero que tienen, van acumulado tanta riqueza, pero están en contra de compartir la riqueza, y piensan que la austeridad debe ser obligatoria.

Estamos viendo la forma en que el dinero negro está envenenando a las elecciones, un símbolo de esto es el rechazo del Presidente de Estados Unidos de revelar sus declaraciones de impuestos, lo cual nunca había ocurrido en la historia de Estados Unidos, no en esta escala, y a pesar de quizá algunos problemas legales, él continúa negándose a compartir, revelar su patrimonio acumulado.

También vemos ahora, como parte de este último proceso, el desarrollo del cabildeo organizado, no todo el cabildeo es algo malo, por supuesto, pero cada democracia ahora se ven rodeadas, todas las elecciones y democracias se ven ahora rodeadas por procesos de cabildeo.

Por ejemplo, en la Unión Europea hay aproximadamente 15 mil asociaciones comerciales, consultoras u organizacionales, etcétera, que operan dentro de Bruselas para intentar dar forma a las políticas europeas.

Simplemente en Washington se calcula que hay aproximadamente 90 mil organizaciones de cabildeo que están encargados de dar esta forma a los gobiernos electos del futuro, y esto tiene algunas aplicaciones con relación a la forma en que podemos apreciar la democracia electoral, ya que sugiere que las decisiones las está tomando gente que no es electa, por gente que simplemente tiene mucho dinero, y eso nos lleva al asunto el dinero negro y el problema del capitalismo, que se basa en el hecho de que cuando los mercados no funcionan, como ha ocurrido a gran escala en la Región del Atlántico en 2007 y 2008, cuando los mercados no funcionan como deben, cuando los sistemas de inversión y producción y el sistema de distribución y de consumo se ven interrumpidos; esto ha causado efectos tipo «terremoto» sobre las elecciones, lo cual debería parecernos obvio. Pero de alguna manera no ha sido lo suficientemente obvio hasta este periodo de tiempo.

Y la consecuencia de esto, es que cuando hay una falla del mercado también caen las elecciones y también cae la democracia. Y de hecho, si leen a Thomas Piketty y si leen a Wolfgang Streich, y a muchos otros académicos que son ahora, que ahora están prestando atención a esta situación del dinero negro, capitalismo, elecciones y democracia, se darán cuenta que ellos están haciendo énfasis en el hecho de que es poco probable que las democracias continúen en crecimiento del 5, 6 ó 7 por ciento como había ocurrido en las décadas posteriores a 1945.

Ahora la tendencia es un crecimiento mucho más lento en todas las democracias.

Y número dos, es el aumento del endeudamiento sobre todo a nivel de los hogares, y lo que es más y es todavía más impresionante, es que en todas las democracias existentes, incluyendo a México, las democracias tienen cada vez más brechas entre los ricos y los pobres.

Podríamos decir que el capitalismo democrático parece estar frágil. Hay ya bastantes signos de que está decreciendo su popularidad y que se requiere de una nueva política para poder lidiar con este problema.

Y bajo este contexto, el sistema de los partidos, parlamentos y gobierno en la forma como ha operado, y creo que quizá estoy exagerando, pero ha sido una industria de protección de la riqueza, quizá exagero, pero son elecciones como parte de una nueva era en la que, por ejemplo, en el Reino Unido el uno por ciento de la escala superior, de la escala de riqueza posee lo equivalente al 50 por ciento de la porción inferior en el Reino Unido.

Uno de cada cinco ciudadanos, son 13 millones de personas aproximadamente, vive ya debajo de la línea oficial de pobreza. En México la cifra es mucho mayor, incluso podríamos hablar sobre la mexicanización de la democracia en este sentido.

En Estados Unidos el 15 por ciento de la población vive debajo de la línea de pobreza, etcétera. Esto por supuesto es una tendencia que no es compatible con los ideales de la democracia.

Cuando la democracia se entiende como el autogobierno de la gente, como gente que somos todos iguales con iguales derechos, esta es una amenaza que representa una violación y podemos estar de acuerdo todos en que no es algo sostenible pero por ahora  me pareciera que muchos gobiernos partidos, parlamentos están siguiendo las regla o el consejo que dio el sociólogo Vilfredo Pareto, sociólogo italiano, había unos que en principios de la década de los 1920, Pareto le dio un consejo a Mussolini y le dijo que si quería conservar un sistema de oligarquía en el que solamente haya algunas personas con riqueza y sigue una clase media y luego una gran clase pobre, entonces no hay que tener elecciones ni parlamento. Y utilizar estos instrumentos para poder así camuflar la oligarquía.

Algo parecido, yo creo, lo que va así, damas y caballeros, lo que está pasando en la democracia y otra tendencia que ha sido muy sorprendente en el periodo post 1945 también ha sido el crecimiento en diferentes países como Irán, Vietnam, en las repúblicas de Asia Central, en Hungría, Rusia, Bielorrusia, un número creciente de países y casos en donde existen elecciones, pero no hay democracia.

Lo cual, los historiadores, yo considero, en un futuro van a prestar mucha atención a este tema, lo cual nos trae a la cuestión muy interesante del porqué en el área de la franquicia universal con algunas excepciones, porqué las elecciones pueden convertirse en instrumentos de dictadores, de nepotismo.

Claro, hay algunas excepciones a esta franquicia universal, por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos y Brunei, por ejemplo, quienes no extienden derecho a voto a las mujeres. Sin embargo, en este sistema que he investigado, por cierto, estoy intentando escribir un libro al respecto, algo sorprendente ha sido la forma en que estas elecciones libres se llevan a cabo de forma periódica, y siempre gana el partido predominante, y ganan siempre por medio de la manipulación de las reglas y procedimientos.

Ellos crean estas elecciones, las manejan de forma que puedan ganar el apoyo del público para su régimen. Elecciones que también cuentan con otras ventajas, por ejemplo, permite que quizás se ventilen las diferencias de gente del poder, es otra forma en que las elecciones, se buscan nuevos talentos para poder subir al poder.

Y las elecciones, por supuesto, como Putin mismo sabe muy bien, son una manera de celebrar el poder de un régimen, es como si las elecciones fueran la manera de renovar un contrato electoral con los ciudadanos, los cuales realmente no son ciudadanos. Estas son las tendencias.

Existen otras también las cuales no tengo tiempo para discutir el día de hoy, y sin duda ustedes querrán saber más al respecto, pero estas son seis de las tendencias que a mi parecer están presentes a nivel mundial, afectan todas las democracias presentes y existentes al día de hoy.

Y también diría que a su propio modo cada una de forma distinta, cada quien amenaza lo ortodoxo, la visión de que la elección libre e igualitaria es el corazón, el alma, el núcleo de la democracia. Y por esto es que estas tendencias, las cuales he resumido aquí, traen a la mesa algunas cuantas dudas, algunas preguntas sobre si es que hay un futuro para las elecciones, o si estas están lentamente perdiendo su control de la democracia, si es que en verdad la democracia va en declive, si es que debemos o no intentar que estas permanezcan, porque estas tendencias son importantes.

Y quiero concluir con esta presentación el día de hoy hablando ahora sobre tres tendencias, sobre tres posibilidades, quizá puedan verlo también como tres diferentes futuros potenciales para las elecciones. Y sí quiero hablar sobre estas tres de la siguiente manera.

La primera, estas tendencias que hoy he descrito son el combustible del resentimiento anti elecciones, y frecuentemente se busca y se invita a que los ciudadanos le den la espalda a las elecciones, a que se burlen de ellas, incluso. Como sabrán quizá, en Alaska, en Estados Unidos, se eligió a un gato, sí así como lo oyen a un gato como alcalde de una ciudad, eso fue recientemente.

El Pato Donald, creo, lo hizo, le fue muy bien como candidato en las elecciones en Finlandia, de un candidato el Pato Donald. Es la política de la burla electoral. Hay quienes dicen que las elecciones son como el combustible fósil de la democracia.

Hay partidos como el Best Party en Islandia, el cual tiene entre otras políticas la premisa de que nunca dirá la verdad, que jamás va a cumplir las políticas y sus promesas. Como sabrán este partido fue electo en Bequebec, el municipio. También prometió un oso polar para el zoológico que Reyca Tq, que hasta donde tengo entendido ya sucedió.

Hay otros partidos, como el partido “Exen” en España que surgieron a partir del Movimiento M15, los cuales cuando son electos en el parlamento no toman sus curules. Ha habido ataques de intelectuales y también de personalidades públicas sobre las elecciones, quizás habrán sobre esta persona que tiene más cabello que yo, se llama Russell Brand, es un comediante en Reino Unido, quien en 2013 en una entrevista con la BBC dijo va a haber una revolución, va a ocurrir, y no tengo ninguna duda de que esto va a pasar, es el final, este es el momento de despertar y luego pasó a decir que este sistema política en Reino Unido está produciendo, y cito: “Una población descontenta, que no se está representando”.

Y después dijo: cuando exista una alternativa real o una opción auténtica entonces voten, pero de aquí a entonces no se molesten, para qué fingir, para qué ser cómplice de esta ilusión tan ridícula.

Y yo creo que este sentir ha ido saliendo a superficie, sobre todo en la última década. Y en muchas áreas, esto también está alimentando la creencia y la propuesta de que deberíamos darle la espalda a las elecciones y volver al modelo griego de la democracia, en el cual se tiene una selección de candidatos, una selección aleatoria de los candidatos como norma.

Sabrán que en las democracias, en asambleas demócratas, en Atenas, en la Grecia antigua no existían elecciones periódicas, era un formato de democracia sin elecciones periódicas. Y hay quienes proponen que deberíamos volver a la era griega, David Fain, Delbrook, quien es historiador, escritor ha publicado un best seller, que ha sido traducido, no estoy seguro si en español, pero su tesis versa en la democracia electoral está matando la democracia.

Todo este ritual, esa democracia, estas tendencias decadentes están afectando la democracia y lo que realmente se necesita, de acuerdo con Fain Delbrook, es volver y que los ciudadanos den la espalda a las elecciones y que comiencen a gobernarse a sí mismos por medio de asambleas y otros foros en los que se tenga esta norma, este modelo.

Esa es la primera tendencia, es la oposición a las elecciones libres y justas como pieza central de la democracia, y por supuesto la oposición es compleja, no se ponen de acuerdo entre ellos, pero tengo algunas cuantas objeciones yo mismo que hacer a esta perspectiva de las cosas.

La primera, una objeción muy obvia es, ¿de qué manera podría estratégicamente la ciudadanía organizarse con alternativas exitosas para poder tener algo nuevo, una buena alternativa a nivel general a las elecciones? Este es un problema, una iniciativa que en Bélgica se encontró, el problema de encontrar recursos, de buscar apoyo para su perspectiva fue un obstáculo.

También diría que, en esta misma línea, este tipo de ataque contra las elecciones no está tomando en cuenta la forma en que se está dispersando la cultura electoral; estamos ahora viviendo en una época donde hay un cambio en la geografía política de las elecciones. Claro, existen elecciones centrales, federales, nacionales, locales, periódicas, ustedes van a tener una creo que el 1º de julio de 2018, pero lo que no es posible ver, cuando vemos la perspectiva más amplia, la forma en que se está dispersando la cultura.

Por ejemplo, piensen en el concurso Eurovisión, donde la gente canta y hay una votación, piensen también en cómo la gente vota en la oficina, por ejemplo, en el trabajo; el primer intento importante que fue el Sistema de Mediums en Alemania, se introdujo en los años 40 y todavía está en existencia en la actualidad; en empresas de más de cierto nivel es obligatorio tener elecciones para seleccionar a los representantes del Consejo Directivo de una empresa.

O, por ejemplo, la manera en que las escuelas, oficinas y aeropuertos también utilizan las elecciones, incluso podría decir que la cultura de las elecciones se ha extendido hacia los hogares, a las mesas. No sé cuántas veces me haya pasado que mis hijos siempre me ganaban en las votaciones cuando eran niños, esa forma de votar al interior de las familias es algo que es parte, es un símbolo de cómo se ha ido extendiendo la cultura de las elecciones; y esta cultura de las elecciones también comienza a extenderse a otras organizaciones a gran escala, como la OMS, como el Consejo de Vigilancia, donde hay un parlamento con representación de los hemisferios Norte y Sur para el cuidado de los bosques. También lo podemos ver en el Comité Olímpico Internacional y en otros organismos.

La experiencia de las elecciones, sin embargo, no está creciendo del todo, no es que esté decreciendo, lo que ocurre es que las elecciones ahora ocurren fuera del ámbito, del ritmo normal de las elecciones, a lo cual debemos prestar atención.

Y, finalmente, y para este primer punto o esta primera visión contra esta visión es que creo que aquellos que está en contra de las elecciones están subestimando la experiencia, déjenme ponerlo así, la experiencia antropológica de las elecciones.

Los politólogos han prestado atención a lo que ellos llaman las elecciones fundamentales, las primeras elecciones que fueron la base en la India, en Taiwán, en Sudáfrica, en Bután. Estas primeras elecciones donde millones de ciudadanos por primera vez en sus vidas votaron como iguales.

Y en cada caso registrado históricamente se sugiere que los ciudadanos que han experimentado esto, se encuentran o se sienten como si fueran parte de una fiesta, un carnaval. Tiene casi cualidades metafísicas y yo diría, incluso, que estas elecciones fundamentales se están convirtiendo en parte de la norma, la experiencia de una democracia como la vemos en la actualidad.

El sentimiento, la alegría de salir a votar y de tener un resultado, ya sea la alegría o la decepción de un resultado, no es algo que tenga que ver solamente con estas elecciones fundamentales, sino también las de renovación.

Es posible atestiguar esta experiencia, esta felicidad, por ejemplo la semana pasada en las elecciones en Reino Unido, por supuesto perdió el partido, pero creo que los jóvenes lo vieron como la derrota del gobierno actual.

La experiencia de tener una elección ha creado una gran emoción, y yo diría, creo que esta emoción, esta sensación, esta atmósfera de carnaval que rodea una elección es algo que no debe subestimarse.

Y esta es una razón por la que yo creo que aquellos que dicen que debemos darle la espalda a las elecciones, se equivocan. Claro, es posible decir que el acto de votar una elección podría ser el carnaval de la igualdad.

Una persona, un voto, por ese instante, en ese día todos somos exactamente iguales, es la oportunidad de darle la voltereta al mundo, es la oportunidad de reafirmar tradiciones antiguas, y también, por supuesto, es un símbolo de cómo es posible que se pueda organizar la política en el futuro.

Es una experiencia muy importante para entender por ejemplo las elecciones en la India, y esto explica cómo entre más bajo estemos en la escala social, hasta la gente que vive en mayor pobreza, cada vez es más grande el número de votantes que asisten, porque es un arma que ellos tienen para recordarles a otros, en otras castas, gente que tiene mucho más riqueza que ellos, recordarle a todos que al menos durante este día, durante este proceso todos los ciudadanos en la India son iguales.

Y esta es la primera visión mía. Como podrán ver, no estoy muy a favor de dar la espalda a las elecciones.

Sin embargo, es una opción importante que hay que entender, porque se alimenta de este descontento de la falta de la disfunción y de la transformación necesaria.

La segunda posibilidad es lo que le podemos llamar la Opción Francisco I. Madero, y por esto quiero decir es que existen grupos, redes, partidos políticos, parlamentos, políticos, muchos ciudadanos, quienes consideran que la prioridad es renovar las elecciones de forma libre y justa como la pieza central, el corazón y el alma de la democracia.

Existen muchos casos registrados, por ejemplo, Corea del Sur, que es un gran ejemplo con lo que comenzó con la iniciativa alrededor del año, black port.

La idea es limpiar de cero las elecciones, eliminar la corrupción. Es contar con partidos políticos quienes tengan candidatos que realmente representen a los ciudadanos en toda su gran diversidad de intereses, y esperar que ellos se comporten como tal, como representantes, y que ejerzan un liderazgo con visión, gente que se espera que no cometan abusos contra la ciudadanía, y que al contrario, defiendan nuestros intereses.

Yo considero que esta es la opción que podemos ver en fundamento de Podemos, en España, creo que también es el espíritu que por mucho ayudó a la victoria reciente de Macron, en Francia.

Creo que es el espíritu que también puede hallarse en Syriza, en Grecia, en su creación o en los, como le llaman ahora en Gran Bretaña.

La idea de tras de esto es que tiene que existir algo, un Bernie Sanders, tiene que haber una revolución política, y una revolución política implica gente honesta como B. Backdilon, quienes deben estar ahí en vez de los corruptos con su champagne y sus vibradores, y cenas.

Los corruptos, quienes están destruyendo la democracia electoral, y la visión es hacer una limpieza general de la corrupción, una renovación del espíritu de la democracia representativa. Y esta segunda perspectiva del futuro de las elecciones generalmente viene de la mano de distintas innovaciones e intentos de mejorar procedimientos que se relacionan con las elecciones.

Por ejemplo, se me ocurre el intento de renovar los poderes parlamentarios, o la manera en que el Wall Street tiene ahora el poder de decidir los poderes bélicos de un país, eso hay sido el legado de Tonny Beaucens, declarar el gran secreto basándose en una gran mentira donde en realidad había forzado el parlamento a entender que tenían una gran debilidad y que era necesario fortalecer estos poderes. Y esto fue, bueno, parte de una serie de reformas.

Pero también consideren la forma que han desaparecido, por ejemplo, las funciones electorales. En Australia se calcula que unos cuatro mil jóvenes han desaparecido en las funciones electorales, en un sistema en el que tenemos nosotros, que es el de voto obligatorio, es necesario y obligatorio votar, de lo contrario se impone una multa al ciudadano. Sin embargo, es inaceptable, como dicen aquellos que apoyan esta segunda perspectiva que casi medio millón de jóvenes no están votando.

O piensen, por ejemplo, en las acciones legales que están ocurriendo en los Estados Unidos, el cual está sin concluir aun, para evitar que los votantes se deslinden. Por ejemplo, en Estados Unidos en grandes cifras, es necesario tener una licencia de conducir para poder votar, y el 11 por ciento de los estadounidenses, de forma importante latinos y población afroamericana, quienes no conducen, y por lo tanto no pueden votar. Esto es una reforma que claramente se tiene que dar.

Y también se busca ahora reducir, por ejemplo, en Escocia a los 16; en Austria, esa es la primera vez que a escala nacional, la primera democracia que redujo la edad mínima para votar a 16, lo cual es un tema controvertido, pero la idea aquí es de nuevo limpiar la elección, promover el entusiasmo ciudadano por las elecciones. Y por supuesto imponer restricciones mucho más duras, a ya sea el dinero negro, el cabildeo, el financiamiento privado de las campañas, etcétera. Cosas que ustedes, en el INE, conocen muy bien.

Una de las cuestiones fundamentales que esta segunda visión de las elecciones y su futuro enfrenta es si es posible revivir a los partidos políticos.

Y en este punto quiero aclarar que vivimos en un momento en el que el populismo en la última década se ha convertido en el candidato a la cabeza, hablamos del contendiente importante.

El populismo es un estilo político que opone una objeción a la decadencia de la cual hablé muy al principio de esta presentación, populismo en nombre de la gente, un partido, un líder, ustedes tienen a un López Obrador, se dirige al pueblo en busca de su apoyo y yo creo que hay evidencia creciente de que el problema del populismo es que tiene cualidades demagógicas y tiene que tratarse de un gran líder, alguien que realmente hable a nombre de esta gente, y los partidos populistas y sus líderes no les gusta a ellos la democracia monitoreada, de hecho intentan desmantelar sus instituciones o buscan sacarla, quitarle sus atributos judiciales. Por ejemplo, en el caso de Estados Unidos el FBI o las universidades o las comisiones electorales, los líderes buscan sacarlos y ponerlos en tela de juicio.

En India, por ejemplo, tenemos “modi”, lo vemos también en la campaña de Le Pen en Francia o de Wilders en Holanda o Trump; Sirawat en Tailandia y también en Filipinas Duterte.

Es una opción que a mí me parece ser antidemocrática con relación a los efectos que ésta tiene.

¿Realmente hay manera de devolver la vida a los partidos políticos? Yo creo que esa es una de las preguntas más grandes de nuestros tiempos y yo quisiera recordarles que durante el siglo XIX el crecimiento masivo de partidos políticos fue un componente importante de la lucha por este derecho universal.

Si leen, por ejemplo, a Mike o Strabosky, grandes académicos de nuestra era, ellos dicen que los partidos políticos generan gran emoción y grandes números de miembros porque ofrecen, antes que nada, el derecho a voto,  primero a las personas que están en el más alto nivel de propiedad, después a los trabajadores, después a las mujeres, luego ofrecen alfabetización; tienen control de los periódicos y las publicaciones en libros, etcétera; ofrecen empleos, etcétera.

Por ejemplo, cuando una familia tenía un hijo, el partido político donaba dinero para la ropa o si moría el padre o el abuelo, el partido podía dar una donación para poderle dar un entierro digno a los abuelos.

La pregunta es, ¿qué hacen el día de hoy los partidos políticos en contraste? La realidad es que no ofrecen mucho; de hecho, cada vez se convierte más en una norma que los partidos tengan mucho menos funciones de este tipo, y creo que uno de los retos principales para esta segunda visión del futuro electoral es; si es que los partidos políticos pueden realmente revivir y si es posible esto, saber si es posible realmente que movilicen de nuevo a millones de ciudadanos y que renueve su afecto por las elecciones.

Yo tengo dudas en este punto, claro, soy de mente abierta y creo que es posible que los partidos políticos en el futuro funcionen más como los contadores, no sé si ustedes tienen a un contador quien se encargue de llevar las cuentas, ¿ustedes quieren mucho a su contador? No realmente, tienen que ir a verlo una vez al año y lo hacen porque es obligatorio, al menos en países donde existe un sistema fiscal importante te van a buscar y te van a encontrar si no lo haces, pero tienes que entrar a hacer tus impuestos, te pones de malas cuando tienes que ir a hacerlo, pero lo haces, porque debes hacerlo.

Quizás ese es el futuro de los partidos políticos, también es posible que el modelo de Obama del 2012, yo llamé el modelo «google» de los partidos políticos, llegase la norma: esto básicamente es un partido político con esos monos de los datos, que se especializan en el  análisis, en la analítica que conocen la demografía del electorado, que trabajan intensamente antes y durante las elecciones para básicamente sacar grandes datos y desarrollar estrategias de campaña con objetivos muy claros a nivel de la calle, a nivel del barrio, a nivel del vecindario; es el modelo que usó Obama en el 2012, funcionó desde un edificio que se llama «La Cueva».

Y el punto era que los que vivían en «La Cueva» trataban de sacar el voto, utilizar bases de datos, utilizar Facebook, utilizar Twitter, etcétera, para movilizar el apoyo hacia Obama, y en ese caso tuvieron éxito, quizás ese sea el futuro de los partidos políticos.

Entonces, esta es la segunda visión, la segunda predicción, por así decir, del futuro de las elecciones.

Y quiero concluir finalmente con la tercera visión, que es la democracia monitoreada. Y yo diría que es un periodo en el que estamos viviendo actualmente, en donde esta democracia monitoreada no va a desaparecer.

Déjenme darles un ejemplo de lo que sería la democracia monitoreada. Es un pequeño grupo conocido que se llama el Consejo Internacional de Transporte Limpio, ICCT, quizá nunca han oído hablar de este grupo.

Este es el grupo que comenzó a ver Volkswagen y comenzó a ver las regulaciones donde Volkswagen había aplicado las regulaciones de las emisiones de carbono a sus vehículos, y lo que ahora sabemos gracias a este pequeño cuerpo de monitoreo, lo que ahora sabemos es que Volkswagen estaban haciendo trampa y ahora están pagando esto en las Cortes.

Y ha habido una reorganización al interior de esta corporación global altamente con grandes ganancias. Lo que hizo la ICCT fue muy sencillo, decidieron verificar doblemente las pruebas, decidieron que no iban a hacer nada más pruebas de laboratorio, sino que iban a llevar los coches de Volkswagen a la carretera y en el cual vieron las emisiones en los motores y se dieron cuenta que las emisiones eran tres o cuatro veces más alto que los resultados en los laboratorios.

Entonces, llevaron sus informes al gobierno federal y también al gobierno del estado de California y entregaron sus informes.

Un pequeño cuerpo afuera de las elecciones, afuera de los partidos políticos, de las legislaturas, del gobierno, un pequeño cuerpo tuvo un impacto espectacular sobre el comportamiento en una corporación global.

Y yo diría, damas y caballeros, que esto está volviéndose la norma en las democracias existentes, si lo puedo decir de la siguiente manera, de manera mexicana, estamos viviendo en un mundo que está más allá de Francisco I. Madero.

Y quiero decir esto en el sentido de que las elecciones libres, justas, no corrompidas siguen siendo muy importantes para la democracia, porque si los ciudadanos no votan, si los partidos políticos no apoyan los sistemas de elecciones, si no hay comisiones electorales, etcétera, entonces el acceso de los ciudadanos a los recursos fiscales, a otros poderes de gobierno se pierden.

Es algo absurdo, es algo poco inteligente hacer a un lado las elecciones. Y es muy importante renovar las elecciones para el futuro de la democracia.

Sin embargo, en la era de la democracia monitoreada se vuelve muy importante cultivar, nutrir, proteger las instituciones como la ICCT para asegurarnos de que entre una elección y otra y en toda la entidad política, hay un escrutinio constante del poder ejercido, el secreto del poder arbitrario, el poder que no explica lo que hace.

Hay una necesidad de que haya un monitoreo permanente público entre una elección y otra y lidiar con masas de poder afuera del ciclo electoral. Estos cuerpos de monitoreo, organismos de monitoreo tienen muchas funciones, rompen el principio de la regla, la mayoría, permite que las minorías tengan una voz más fuerte en la vida pública.

El trabajo de algunos de estos monitores es conservar la democracia existente. Es decir, los comisionados de las elecciones, las comisiones electorales y las agencias de protector al consumidor hacen esto. Es decir, su trabajo es proteger la democracia en contra de los depredadores.

Algunos organismos de monitoreo van y vienen, como picaduras de abeja, pican a los poderosos y luego muerden y se marchitan, etcétera.

Estos cuerpos de monitoreo tienen muchas funciones. Pero espero que hayan entendido, con base en mis comentarios, que la clave, el principio clave del monitoreo público del poder es hacer que el poder sea más humilde, que se limite mantener en vida e implementar el principio de igualdad. Esto me parece a mí que es un punto básico.

A lo que me estoy refiriendo, y voy a terminar con esto, es que hay muchísimos ejemplos del crecimiento de la democracia monitoreada. Piensen en términos de la forma en la que durante nuestra generación una política de la remembranza, nació una política de la remembranza, del recuerdo. Piensen en los memoriales en España, memorial es una red en España cuyo trabajo es abrir públicamente la cuestión de quién murió, quién fue responsable de la muerte, quién sufrió en la Guerra Civil española.

O bien, piensen en términos del movimiento del 2011 de Pascone, dignidad, aquí en México dirigido por el poeta Javier Sicilia.

El trabajo, la función, el objetivo del cual era dar el nivel del monitoreo público, del problema de violencia que existe en México. La verdad en la reconciliación de los tribunales de verdad y reconciliación son únicos a este periodo de democracia, en este movimiento hay una influencia nacieron en Centroamérica y volvieron famosos por la Comisión de Verdad y Reconciliación, en Sudáfrica.

Es una forma de recordar las muertes y la injusticia del pasado para poder crear más justicia en el presente, y un futuro más justo. O bien, un último ejemplo de esta democracia monitoreada en el movimiento, en la acción, es la política más verde. Una de las cosas más asombrosas que ha existido que no ha existido antes es el crecimiento de muchos tipos diferentes de organismos de monitoreo que le recuerdan a los seres humanos que dependemos de los biomas en donde vivimos.

Algunas de estas instituciones de monitoreo se encuentran dentro del gobierno, estoy pensando, por ejemplo, en términos de constituciones descritas que definen a la ciudadanía como la responsabilidad de cuidar del medio ambiente en el que vives. Esto se dio en Bolivia, se dio en Mongolia y también se dio en Bután. Estamos viviendo momentos en donde hay juicios legales que favorecen la naturaleza en donde grandes áreas de la naturaleza están ligados a poderes jurídicos.

Maunganui en Nueva Zelanda, es esta área hermosa de territorio que ahora tiene una personalidad legal, tiene el derecho de representarse en la Corte, y la naturaleza, por supuesto, no puede hablar, no puede moverse, no tiene partidos políticos, pero a través de extender su estatus legal. Maunganui es un área protegida, y a ser área protegida para siempre, siempre y cuando, pero es que tenemos partidos verdes, tenemos iniciativas de ciudadanos científicos, como los monitores abiertos, respaldados por la BBC en Reino Unido, etcétera.

Lo interesante de este aspecto Verde es que amplía el derecho de la representación a la biosfera. Si piensan que la lucha para el voto ha concluido, les sugiero y estoy escribiendo mucho al respecto sobre cómo el voto se puede extender al pasado hacía los muertos y se puede extender el voto hacia los no nacidos, y también la extensión del voto hacia la biosfera. Es una de las cosas asombrosas de nuestro tiempo.

Entonces, damas y caballeros, basta con esto.

Mi sugerencia a ustedes es que hay una tercera forma, un tercer camino, una tercera visión. Le llamo democracia monitoreada y es mi visión del futuro y las elecciones en donde todos los esfuerzos se hacen por parte de los ciudadanos y sus representantes, y las instituciones ligadas a las elecciones para proteger, nutrir, para mejorar el nivel de la integridad de las elecciones; pero también una política en donde los ciudadanos y los representantes no elegidos en los grupos no gubernamentales desarrollan y dan su apoyo a monitorear a los cuerpos de monitoreo que no son cuerpos de supervisión, no los vean como instituciones de supervisión. Son cuerpos de monitoreo que ya no da al público. Su trabajo es abrir el poder de que haya mayor rendición de cuentas en los sistemas políticos.

Así que yo diría que desde esta visión hay un doble desafío que enfrentar. El doble desafío es, por un lado, nutrir las elecciones libres y justas y extender el derecho al voto, a los jóvenes, a los nonatos, a los muertos, a la naturaleza y también nutrir y fortalecer estas instituciones de monitoreo afuera del ciclo electoral.

Damas y caballeros, no tenemos manuales, no tenemos libros de texto que digan cómo hacer esto. Yo no sé si esta tercera opción prevalecerá. Hay momentos en donde pienso que todo va tan mal en el mundo y en esta democracia.

Le he estado diciendo a los periodistas, en los últimos seis meses, que he pasado toda mi vida pensado, escribiendo, haciendo política sobre la democracia. Es la primera vez en mi vida en donde siento que soy un iniciador. Siento que soy el director del funeral y estoy viendo la muerte de la democracia, quizás ese será el futuro de la democracia: la muerte.

Quizá el populismo cómo ha emergido acelerará esta autodestrucción de la democracia, pero quizás, sólo quizás, esta tercera opción prevalezca, no sabemos si así será, tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, tenemos que tener consciencia que mucho está en juego si esta opción tiene éxito, los historiales del futuro nos lo dirán.

Muchas gracias.

Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello: Bueno, me toca ser parte de esta rica e ilustradora charla del profesor Keane.

La tarea no es sencilla, sobre todo porque no quiero agotar el tiempo a muchas de las preguntas que han llegado y que creo que, me parece debe nutrir esta parte final de este encuentro.

Sin embargo, sí quisiera hacer algunas reflexiones, sobre todo tratando de contextualizar lo que el profesor Keane ha expuesto, y comenzaría con un dato que hace un par de años, casi dos años, en el reporte de 2015 de Latinobarómetro, este estudio que compara, digamos, el estado de satisfacción, el estado de ánimo respecto de la democracia en 19 países de América Latina, señalaba como dos conclusiones o dos declaraciones, digamos, dos take mans en su introducción.

Después de 15 años de realizar este estudio, Latinobarómetro decía, que si bien con sus problemas, había dos conclusiones, insisto, que el proceso de transición y de consolidación inacabada, si se quiere a la democracia en América Latina, traía consigo.

La primera, es que la democracia se había instalado como la forma de gobierno en todo América Latina y que difícilmente tenía, habría una regresión en este punto; y la segunda, es que las elecciones habían ya cobrado por mucho carta de naturalización en nuestros sistema democrático, como la vía de acceso al poder y de encausar la conflictividad política por vías pacíficas e institucionales.

En su momento algunos señalamos los riesgos que estas declaraciones de principio así, sin más, podían tener intrínsecas, y hoy debo decir que escuchando al profesor Keane concluyo que efectivamente, tal vez era demasiado ambiciosa o demasiado autocomplaciente una declaración como Latinobarómetro hacía hace dos años.

Y me atrevería a decir que, ni la democracia llegó para quedarse, ni las elecciones son un procedimiento irreversible de acceso al poder. O cuidamos a nuestra democracia o procuramos a las elecciones, o las regresiones autoritarias de las que la historia no está exenta, y que en muchos casos, la historia del siglo IXX, perdón, del siglo XX está ahí para recordárnoslo, en muchos casos se dieron a través de los cauces y por la vía de los mecanismos que las mismas democracias establecían, debe estar presente entre nosotros.

Y es que en efecto, este malestar con la democracia y con las elecciones, que el profesor Keane ha recordado y que es un indubitable, digamos, no son buenos tiempos para la democracia en el mundo, cuando vemos incluso en democracias consolidadas el surgimiento de estas expresiones que van en contra, no digo de la ortodoxia, pero sí de esa visión de ortodoxia con la que comenzaba su exposición el profesor Keane; pero sí sobre las instituciones de la democracia que han echado raíces entre nosotros, como por ejemplo la postura de Fan Reibrok, o que ya mencionaba por el profesor Keane.

O aquellas otras que dicen: “hombre, si queremos un régimen de igualdad volvamos a la democracia en la antigua Grecia y olvidémonos de las elecciones y vámonos por mecanismos de sorteo que nos salen mucho más baratos”; y, por cierto, generan un acceso mucho más factible para todos a las instancias de decisión política.

Insisto, creo que estas soluciones simples y simplistas, pero muy atractivas en tiempos de descrédito de las instituciones y de los procedimientos tradicionales de la democracia, en primer lugar, de las elecciones, no se implica dejar de lado, digamos, las autocomplacencias, y asumir una postura activa de defensa de la democracia y de sus mecanismos, todavía insustituibles primordiales que son las elecciones.

Pero esto me parece que pasa, como se desprende, así me ocurrió a mí, de la intervención de la charla del profesor Keane. Defender las elecciones y defender a la democracia implica, me parece, entenderlas y no exigirles o pretender exigirles lo que no nos pueden dar.

Y hacer un deslinde, déjenme decirlo así, de responsabilidad, respecto de lo que es esa sobrecarga de expectativas y de demandas a la democracia, y no me refiero a esa sobrecarga a la que los teóricos del neoliberalismo en los años setentas le achacaron a la democracia y que sustentaron la política y la lógica de la austeridad que hoy nos ha contado el profesor Keane, por ciento, haciendo una referencia a las recientes elecciones británicas, son una luz de esperanza en un contexto en el que una postura que habla en contra de la austeridad obtiene un extraño, pero esperanzador respaldo popular, como ocurrió con la nueva política empujada por el Labour Party en las elecciones de este fin de semana pasado en Gran Bretaña.

Creo que es muy importante, al hacer un análisis de la democracia, no respecto de lo que quisiéramos que la democracia nos diera, sino en relación con la democracia y las elecciones efectivamente nos pueden dar.

Porque buena parte, escuchando esta recapitulación del estado del arte, de los seis fenómenos globales que caracterizan a la democracia, y que el profesor Keane ilustraba, me parece que muchos de los problemas que hoy se le achacan a la democracia, muchos de los temas y problemas que hoy nos generan esa insatisfacción con la democracia, no son un problema de la democracia, eventualmente es un problema de políticas públicas.

Y el problema que hoy tenemos, y del que la democracia está viéndose en términos de su aprecio público afectada, es o responde parafraseando a Bobbio en un célebre ensayo de finales de los años ochenta, tiene que ver con las promesas incumplidas de la democracia.

Y en países como los nuestros, en buena medida del proceso hacia la democracia, fue visto también, no solamente como un proceso igualador en términos políticos, sino también como una manera de salir del subdesarrollo, sino como una manera de romper las inequidades sociales. Sino como una manera de abatir la pobreza dilagante, que como señalaba el Consejero Murayama al arranque de la presentación de esta charla, sigue siendo uno de los principales problemas con los que la democracia en nuestros países tiene que hacer las cuentas, y que afectan inevitablemente el desempeño de la democracia, y no sólo el descontento respecto de la misma por la falta de resultados.

Creo que la lección que el profesor Keane deja, y que no es menor, es que si bien no se le pueden sobrecargar exigencia a las elecciones, también hay que revalorar a las elecciones en lo que sí nos pueden dar. Y la sugerencia de volver a leer la Jornada de uno scrutatore, de Ítalo Calvino no es un asunto menor.

Nos recordaba el profesor Keane, justo antes de la conferencia, o nos preguntaba: ustedes han hecho algún estudio de cómo impacta a los centenares de miles de ciudadanos que cuando hay elecciones fungen como funcionarios de casillas, el haber sido actores del proceso electoral. Y la respuesta es: no.

Salvo casos aislados que hablan de esa experiencia, y en general siempre se habla de esa experiencia, se habla como una experiencia enriquecedora en términos de construcción de ciudadanía.

Las elecciones dan mucho, aunque las menospreciemos, pero me da la impresión que las elecciones no dan todo lo que esperamos de las mismas. Y creo que asumir que las elecciones son y siguen siendo, parafraseando a Leance, el principal juego en la ciudad no pueden, ni deben ser entendidas como los espacios en los que se agota la democracia.

Estos contextos de exigencia recíprocos que desde el INE hemos hablado mucho, y que enmarcan, se enmarcan en la idea del profesor Keane, de la democracia monitoreada. Es decir, la existencia de esos espacios institucionales públicos y privados, en los que esos contextos de exigencia se generan, me parece que son o que constituyen, como el profesor Keane lo plantea, como una ruta desafiante porque estos espacios no se generan necesariamente por generación espontánea.

No necesariamente la proliferación, me parece, de los medios de comunicación y de las redes sociales en automático generan una democracia más monitoreada, sí son herramientas. Pero la democracia monitoreada es utilizar esas herramientas y no la existencia de las herramientas per sé.

Y la mayor interacción que el mundo moderno y las tecnologías hoy nos presentan pueden ser tan poderosas, lo hemos insistido muchas veces, como para derrocar gobiernos autoritarios, y ahí están los países de la Primavera Árabe, como ejemplo; pero también muy débiles para construir democracia y ahí están de nuevo los países de la Primavera Árabe, que no han logrado luego de la caída de los regímenes autoritarios construir sistemas democráticos.

Creo que el gran desafío es con una dosis de realismo y asumiendo: Uno, lo que la democracia nos da; lo que las elecciones nos dan dentro del funcionamiento de la democracia; pero también, lo que las nuevas herramientas bien encauzadas pueden darnos. Pues constituye ese desafío colectivo, que me parece, debemos encauzar si queremos salvar a la democracia frente a los riesgos, a los desafíos que el profesor Keane ponía sobre la mesa.

Son buenos tiempos para la democracia, decía aquí justo en esta mesa, en este espacio hace un par de años Michelangelo Bovero; pero también es cierto, que en medio de tanto descontento y de tantos síntomas, en muchos sentidos, de agotamiento de la democracia, siguen existiendo estas luces que tenemos no sólo que identificar, sino también, me parece, como lo decía el profesor Keane, encauzar.

Una democracia significa una ciudadanía, o involucra a una ciudadanía que participa.

Creo que tenemos que, con un ejercicio de mucha seriedad, saber qué pedirle a las elecciones, saber qué no pedirle a las elecciones; pero no después de eso cruzarnos de brazos, sino seguir tratando de abrir esos cauces que complementariamente a las elecciones hacen en los tiempos que corren hoy una democracia más participativa y por ende más robusta.

No me parece, y con esto concluyo, que la vía hacia una democracia monitoreada como una tercera vía, como la señalaba el profesor Keane, sea algo que en automático pueda ocurrir. Me parece que eso re-implica, no solamente un involucramiento, sino además, el ejercicio de una responsabilidad colectiva en donde, y aquí jalo agua para el molino del INE, profesor Keane, y le pido una disculpa terminar así, justamente hacia aquello que es uno de los grandes ejes que la Estrategia Nacional de Comunicación Cívica, que estamos detonando desde esta institución, se plantea como uno de los ejes constitutivos de una democracia más participativa y más robusta.

Que se lee la exigencia. Una exigencia que tiene que ser el resultado de un diálogo, y que tiene, a su vez, que fundarse en elementos de verdad, de certeza, de noticias ciertas y no de estas noticias falsas que inundan, no sólo las redes, sino que inundan a nuestra reflexión todos los días.

La exigencia es lo que puede al final del día traducir o constituir esta democracia monitoreada, que entiendo es justamente eso, el nuevo cauce a partir de los nuevos mecanismos que hoy tenemos de generar controles sin los cuales la democracia desde Rousseau en adelante, desde los norteamericanos en adelante, no sé si necesariamente Rousseau, pero desde los norteamericanos, desde los padres fundadores en adelante constituyen la base del funcionamiento de esta forma de gobierno. Es decir, los controles, es decir la exigencia, es decir la revisión, es decir el involucramiento de la misma sociedad en éstos, sin los cuales la democracia no dejaría de ser un mero cascaron.

Creo que son tiempos de ir encontrando estas rutas para robustecer en estos momentos difíciles para la democracia a esta forma de gobierno.