Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, Presentación de la ENCCÍVICA, a los enlaces de los gobernadores ante la CONAGO

Escrito por: INE
Tema: Consejero Presidente

Muchísimas gracias a todas y todos ustedes, bienvenidos a esta la casa de la democracia.

Gracias por darnos la oportunidad ante ustedes la Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023, la ENCCÍVICA, que desde el INE estamos impulsando, para darle sustentabilidad al desarrollo de la democracia en nuestro país.

Es claro, para todos, que las reformas electorales de las últimas dos décadas configuraron el andamiaje institucional que le ha dado credibilidad al sufragio que ha logrado dirimir nuestras diferencias políticas por cauces institucionales y que ha permitido que fenómenos típicos de cualquier democracia, como los gobiernos divididos y la alternancia, si así es decidida en las urnas, adquieran carta de naturalización en nuestro país.

Sin embargo, el déficit de ciudadanía que se manifiesta en diferentes ámbitos de la vida pública y cotidiana constatan que en este arco temporal no le dimos suficiente importancia al modelo de formación de la Cultura Cívica, dicho de otra manera, nos ocupamos centralmente de perfeccionar los procedimentales que le dan credibilidad al sufragio y a las elecciones y dejamos de lado, o al menos no le pusimos el énfasis necesario, a la necesidad de adecuar las prácticas culturales a las características propias de un régimen democrático.

De ahí la importancia de una Estrategia Nacional de Cultura Cívica, que con objetivos de mediano y largo plazo, contribuyan  a generar un nuevo paradigma cultural que sincronice las prácticas políticas de la sociedad con el desarrollo logrado  en los procedimientos electorales.

La ENCCÍVICA como la llamamos nosotros, es la propuesta con la que desde el INE queremos contribuir al diseño de una política pública en materia de Cultura Cívica, que nos ayude a transformar, sí gradualmente, pero desde ya, desde ahora, las prácticas culturales que heredamos del México previo a la transición.

De ese México que sembró el germen de la desconfianza, de la opacidad y de la simulación, que aún hoy, después de un cuarto de siglo de cambio político, siguen desafortunadamente latentes en múltiples espacios de la vida cotidiana.

Pero para modelar este paradigma, necesitamos reconocer que el modelo de desarrollo que se ha desplegado el último cuarto de siglo en paralelo al proceso de transición, ha sido incapaz de disminuir la desigualdad, de erradicar la discriminación y de extirpar las prácticas y razonamientos que fomentan a la corrupción.

Las cifras son contundentes, lo que hemos visto en este video no es solamente un acto, digámoslo así, de fe desde el Instituto, sino que está sustentando en una serie de datos, muchos generados, por estudios propiciados, auspiciados por esta institución, pero digamos que son datos que están a los ojos de todos.

Decía, las cifras son contundentes, de 1996 a 2014 la tasa de crecimiento del PIB Per cápita ha sido ligeramente superior al 1 por ciento en promedio, anual. Lo cual significa que en este lapso, este PIB per cápita creció alrededor del 26 por ciento, agregado. En cambio, la riqueza de las 16 personas con mayor fortuna se ha multiplicado más de cinco veces en el mismo periodo.

Si a esta desigualdad agregamos los indicadores en materia de ciudadanía, el diagnóstico es todavía peor.

De acuerdo con el Informe País sobre la calidad de la ciudadanía, un estudio auspiciado, decía, por el Instituto entonces Federal Electoral, únicamente el 28 por ciento de los mexicanos cree que se puede confiar en la mayoría de las personas, es decir, un 72 por ciento confía que no se puede confiar en la mayoría de las personas fuera del ámbito familiar.

La confianza en los partidos políticos alcanza el 19 por ciento, y en los diputados llega escasamente al 17 por ciento. En contra parte las instituciones que gozan de mayor confianza entre los mexicanos son: el Ejército con un 62 por ciento, los maestros con un 55 por ciento y la iglesia con un 54 por ciento.

Más aun, de acuerdo con los resultados de la Consulta Infantil y Juvenil, a la pregunta de: “Si tuvieran un problema o estuvieran en peligro ¿a quién recurrirían?” Las respuestas de nuestros jóvenes y niños, son desalentadoras. Entre los niños de 10 y 12 años el 38.6 por ciento respondió que a las instituciones de gobierno. Y entre los jóvenes de 14 a 17, la respuesta cayó al 5 por ciento. Repito, únicamente el cinco por ciento de nuestros adolescentes, ya muy cerca de la edad de votar, acudiría a una institución de gobierno si tuvieran en problemas o estuvieran en peligro.

Creo que debemos ser autocríticos y reconocer que ni las instituciones hemos sido tan eficaces como lo necesita el País, ni la sociedad se ha involucrado los suficiente como para que sus autoridades ejerzan los poderes públicos en estricto beneficio de la misma.

No es un tema de percepciones solamente, y sin embargo es, hay que reconocerlo, producto de la ineficacia del Estado de Derecho, del distanciamiento de los ciudadanos con la vida pública y de la desvinculación con la sociedad, con los partidos y sus autoridades.

Por ello, consideramos que es urgente detonar un gran debate nacional que reivindique el pluralismo, la tolerancia y la inclusión como principios superiores de la convivencia democrática y como conceptos indispensables para la sustentabilidad de la democracia mexicana.

Las instituciones y autoridades comprometidas con el desarrollo de la misma, desde nuestra perspectiva, debemos dar acuse de recibo de los indicadores que muestran el desgaste con la satisfacción de la democracia y de los bajos niveles de confianza en las instituciones públicas, así como en las instituciones indispensables de la democracia.

En el INE estamos convencidos que no podemos aceptar que la desigualdad, la impunidad, la discriminación y la corrupción, que han ensombrecido nuestro proceso de cambio político, sean fenómenos que distingan el México del futuro, y más grave aún, que estos lastres que están afectando severamente la función de las elecciones, incluso como ancla de estabilidad política, como momento ordenador de la vida pública y como herramienta constitucional para dar cauce legal a la disputa del poder, sigan prevaleciendo en el imaginario colectivo como parte de los grandes problemas nacionales, de los problemas estructurales de nuestra sociedad.

De ahí que para poder construir una política pública de Cultura Cívica, necesitamos de la colaboración más amplia posible de instituciones educativas y en general del Estado, así como de partidos y organizaciones de la sociedad, para llevar a cabo nuevas prácticas en la vida pública que le den sustento al procesamiento social de una nueva Cultura Cívica.

Pero construir esa nueva Cultura Cívica, que es una responsabilidad colectiva, y agradecemos en ese sentido, la vocación de acompañamiento institucional y de apertura que en el ámbito de la CONAGO se ha generado para un programa de esta naturaleza, insisto, es una responsabilidad colectiva y requiere, ante todo, de una conformación de una política pública, que solamente podrá ser pensada sí la vemos como algo que no caiga de lo alto sino que se construya, como la misma ENCCÍVICA lo sostiene, desde abajo y desde adentro.

Pero esto requiere cauces institucionales, no se trata de que la sociedad invente una nueva forma de interrelacionarse con los demás, se trata de que esa sociedad, sí marque el futuro, marque la pauta de la ruta a seguir, pero orientada y encauzada por quienes tenemos, ustedes en el ámbito local, nosotros en el ámbito nacional, la responsabilidad de conducir la vida institucional, y por supuesto, contribuir al diseño de políticas públicas.

Me parece que es un compromiso que debemos asumir en el presente, para la convivencia democrática del futuro, para revigorizar el pacto social y crear nuevos lazos entre lo público y lo privado, que reviertan el desencanto de la sociedad con su democracia.

La idea de la ENCCÍVICA, es ante todo, no sólo marcar una ruta, sino más bien detonar provocatoriamente una discusión que nos involucre a todos.

Por eso, la verdad, a nombre de las y los consejeros electorales, me permito agradecer la apertura que la CONAGO, un ámbito que hemos considerado fundamental en la lógica de construir alianzas estratégicas desde el Instituto Nacional Electoral para poder llevar a buen puerto la ENCCÍVICA, no es la única, pero es una alianza fundamental; agradezco pues la receptividad, la disponibilidad de la propia CONAGO, de sus titulares y de ustedes sus enlaces que los representan en el ámbito de la propia conferencia, en la lógica de ir construyendo una ruta conjunta, en un tema que es fundamental, como decía, para la recreación de la democracia en nuestro país.

De nuevo, muchísimas gracias por acompañarnos esta tarde.

Versión Estenográfica Presentación de la ENCCÍVICA a los enlaces de los Gobernadores ante la CONAGO, efectuada en el lobby del INE

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